Groupalia sigue sin pagar. La nómina de octubre fue la última que cobraron los trabajadores de la empresa de venta online. Ni noviembre, ni diciembre, ni la paga de Navidad: a mediados de enero no han cobrado esas tres mensualidades. Por eso, los sindicatos han llamado a la huelga el próximo jueves, 19 de enero.
Las peticiones de CCOO se centran en el pago de los salarios, aunque también denuncian irregularidades tanto financieras como laborales. Fuentes sindicales aseguran que existen presiones de la directiva para forzar bajas voluntarias y ahorrarse el coste del despido. La compañía ha reducido su plantilla a una tercera parte en menos de un año, hasta quedarse en 25 trabajadores.
Pérdidas y falta de transparencia
Groupalia cerró con más de 17 millones de euros en pérdidas el ejercicio de 2014. Este es el último balance consolidado que la compañía ha depositado en el Registro Mercantil, sin rastro de 2015 cuando ya debería estar a punto de presentar el resultado de 2016.
Los trabajadores ya fueron a la huelga en diciembre, que no consiguió el pago de los salarios. La falta de transparencia de la empresa con sus cuentas es otra de las reclamaciones de los sindicatos, que esgrimen el artículo 64 del Estatuto de Trabajadores, según el cual la empresa debe compartir con el comité de huelga los últimos balances de cuentas, entre otra documentación.
Deslocalización de la plantilla
El grupo Ofertix adquirió Groupalia hace más de un año. Posteriormente, se hizo con las empresas de la competencia: Offerum y Lets Bonus, todas ellas empresas españolas de venta online. Tras estas transacciones, el máximo directivo del nuevo holding de venta por internet es Antonio Alcántara, director de Ofertix, con sede en Sant Just Desvern (Barcelona).
Los sindicatos señalan que desde la adquisición de Groupalia por parte de Alcántara, éste ha seguido una estrategia de deslocalización de la plantilla. Los trabajadores de Groupalia debían trasladarse a Sant Just Desvern, según el acuerdo firmado en primer término. Sin embargo, están siendo desplazados a otras oficinas que tiene el grupo empresarial en Torrelles, Abrera y Vilanova y la Geltrú, a mayor distancia de la capital catalana, algo que consideran un traslado forzoso.