Caixabank quiere despedir a 900 empleados del Banco Portugués de Inversión (BPI) y cerrar 52 de las 545 oficinas de la entidad. Así lo indica el folleto de la oferta pública de adquisición (OPA) de la entidad catalana que la CNMV portuguesa aceptó el lunes. Este ajuste de personal se llevaría a cabo en los próximos tres años, mientras que las sucursales cerrarían este mismo 2017.
El plazo para aceptar la oferta se abre este martes y concluye el 7 de febrero, por lo que al día siguiente se conocerá el resultado de la OPA. El banco calcula que la reducción de empleos en BPI supondría un ahorro de 45 millones de euros, que se sumarían a otros 39 millones de costes generales; en total, 84 millones de ahorro.
Más eficiente
Con estos planes, Caixabank prevé alcanzar una ratio de gastos sobre ingresos del 50% o inferior en 2019, frente a la actual, que se sitúa en el 74%. De esta forma, pretende convertir a BPI en una entidad “más competitiva” y “mejorar su eficiencia”.
Actualmente, la entidad presidida por Jordi Gual es el primer accionista de BPI con el 45% del capital. La oferta es de 1,134 euros por acción del banco portugués, por lo que el valor de la operación superaría los 900 millones de euros.