Una forma divertida y didáctica para que los pequeños de la casa comiencen a ahorrar y a familiarizarse con el término. Así se conforman las libretas de ahorro destinadas a estos clientes tan especiales. Aunque se trata de un formato en desuso para los mayores, tienen en este segmento de la población sus principales receptores. En cualquier caso, no se trata de un producto innovador. Ni siquiera aporta los últimos soportes tecnológicos o digitales, pero cumple con la función para la que ha sido confeccionado.
Se trata de la primera herramienta bancaria de la que disponen estos clientes a los pocos meses de nacer. Y un instrumento de fidelización por parte de los bancos para cuando estos usuarios sean mayores, a través de los vínculos comerciales que generan las libretas de ahorro: suscripción de cuentas bancarias, tarjetas de débito o los primeros créditos para afrontar las necesidades personales. Pero su principal atractivo son los diferentes regalos que reciben los pequeños desde la formalización del contrato.
Sin remuneración, pero exentas de gastos
Si alguna hay alguna característica que aportan estas libretas es que no generan ningún gasto a sus titulares. Ni en su emisión, ni el mantenimiento. No hay que realizar desembolso alguno ni comisiones por su gestión, a cambio de no percibir ninguna clase de rendimiento por las aportaciones monetarias realizadas por sus familiares más directos.
Ofrecen, el mejor de los casos, unos porcentajes muy poco satisfactorios para los intereses de los usuarios: una rentabilidad en torno al 0,05% no solamente generada por la propia debilidad en el retorno sobre los ahorros impulsada desde este producto bancario, sino también como consecuencia del abaratamiento en el precio del dinero que ha llevado a que su tasa en la zona euro esté en el 0%.
La forma para recompensar esta deficiencia se ha resuelto por medio de los obsequios que reciben estos clientes tan jóvenes, aunque su verdadero valor es eminentemente didáctico. Es una cuenta de ahorro en estado puro, a la antigua usanza.
¿Qué libretas estás disponibles para los niños?
La Libreta Tesoro, que viene desarrollando Unicaja para los niños con edades comprendidas entre 1 y 13 años, no presenta ningún gasto en la gestión, ni tan siquiera un importe mínimo en la apertura. Canjea regalos a través de un sistema de puntos: a mayor saldo, más puntos.
Bajo estas características generales se comercializa también la Libreta Estrella Súper 3 de La Caixa. No solamente genera regalos a través de su saldo, sino que pueden conseguirse entradas para asistir a diferentes espectáculos apropiados a estas edades. Con la ventaja de que no incorpora comisiones de mantenimiento, ni otros gastos.
Cajamar ha optado, por su parte, por incluir en su oferta una libreta especial para niños menores de 12 años. Como particularidad dispone de forma gratuita de una libreta electrónica personalizada que lleva impreso su nombre y número de cuenta. Pero con similares prestaciones a las anteriores.
Otras entidades, por el contrario, sí que ofrecen una remuneración a los clientes más pequeños de la casa, aunque bajo márgenes comerciales muy modestos. Mi Primera Cuenta es una propuesta que trasmite esta idea a los menores de 14 años, con un interés anual del 0,0986% para saldos superiores a 150 euros. En cualquier caso, exenta de gastos en administración y de mantenimiento.
Bajo estas mismas condiciones se desarrolla la propuesta de Bankia, aunque con una remuneración de hasta el 0,05%. Potencia la oferta con una serie de ganchos para incentivar su contratación: regalos, sorteos e invitaciones a espectáculos.
Ampliar la edad de sus destinatarios
En otros casos, la estrategia se basa en ampliar la edad de sus titularse como fórmula para llegar a un mayor número de clientes. Como por ejemplo, a través de la Cuenta + Joven que ha lanzado al mercado Ibercaja. Este modelo de ahorro es válido hasta los 18 años. La retribución es cercana al 0,20%, con una liquidación semestral de los intereses.
La Cuenta Naranja Mini de ING Direct es otra alternativa para que los hijos empiecen a ahorrar disfrutando de una rentabilidad del 0,10%. Con abono mensual de intereses. Aunque en esta propuesta, sus representantes deberán ser clientes de la entidad a través de algunas de sus cuentas para seniors.
La Cuenta Mini Blue que ha impulsado BBVA es otras de las alternativas de las que disponen las familias para dotar a sus hijos de este soporte de ahorro. Está exenta de cualquier tipo de comisiones y tiene una rentabilidad máxima del 0,10%. Con el único requisito de que sus edades deberán estar comprendidas entre 1 y 14 años.