El estigma que recae sobre la bolsa es difícil de quitar. La grave crisis financiera mundial y los pocos conocimientos que se tienen de la materia hace que sea un tipo de inversión residual en nuestro país, alejado del ciudadano medio. Pero, pese a la mala fama que la envuelve, puede representar una fórmula de ahorro a largo plazo equiparable a otros activos como los depósitos, los planes de pensiones y los fondos de inversión.
El Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) es uno de los organismos que han abierto camino al considerar este mercado una materia de estudio para que los españoles puedan aprender a jugar en él. A finales de este enero, inician la tercera edición de su curso El juego de la bolsa para estudiantes de bachillerato. El profesor del programa, Javier Niederleytner, asegura que en cada edición cuentan con más alumnos y se congratula de que, en la actualidad, se ha equilibrado el número de mujeres y de hombres interesados en convertirse en especialistas de la bolsa.
“El curso va orientado a que la gente conozca los mercados e invierta tratando de sacar rentabilidad a alguna cartera. Se trata de que la gente juegue en bolsa, pero lógicamente jugar requiere unos conocimientos previos”, explica.
El lobo de Wall Street
En la información del programa advierten a sus estudiantes de que no se trata de “convertirse en el lobo de Wall Street” (en referencia a la película de Martin Scorsese sobre un agente de bolsa, interpretado por Leonardo DiCaprio, que se niega a cooperar con la justicia en un caso de fraude de títulos) ni de hacer “negocios como Madoff” (en referencia a la estafa piramidal llevada a cabo por el inversor Bernard Madoff).
El curso funciona con dinero ficticio --por un valor de 30.000 euros-- y versa sobre dos ejes. Por un lado, sacar la máxima rentabilidad posible en breve tiempo a través de la compra y venta de acciones de forma diaria y, por el otro, invertir de un modo que posibilite el crecimiento del capital a largo plazo.
Riesgos
La mayoría de ciudadanos sigue viendo la bolsa como un método de inversión peligroso. Ciertamente, explican los expertos, hay riesgos asociados, como la volatilidad de las acciones de determinadas empresas que generan unas expectativas más elevadas que su solidez real.
Como todo lo que envuelve a esta ciencia fiduciaria, el factor psicológico es decisivo sobre la percepción que se tiene de una determinada compañía. También se pueden producir burbujas sobre determinados productos bursátiles. Normalmente, arguye Niederleytner, no afectan a la economía real: “Lo que la gente especule en Telefónica no influye en la economía real, en los productos que esta compañía vende en el mercado”.
Banco Popular
En sentido opuesto, las volatilidades de las acciones del sector bancario sí que puede tener un impacto en la economía real.
El mal momento que, por ejemplo, está atravesando Banco Popular, que ha caído en bolsa más que la media --que de por sí ya ha caído mucho--, influye en la percepción que tienen los clientes sobre su entidad y lleva a considerar que no es un buen lugar para poner los ahorros.
Renta variable
Uno de los retos que tiene España por delante es cambiar el tipo de inversión. Pasar de los productos de renta fija (que representan el 90%) a los productos de renta variable (un 10%). A este respecto, y más allá de la bolsa, desde las principales gestoras de inversión recomendaban invertir en carteras de distinta naturaleza.
De acuerdo con el estudio Las nuevas tendencias del ahorro en España, elaborado por el Observatorio del Ahorro a Largo Plazo, el depósito sigue siendo el instrumento principal de los españoles para canalizar sus ahorros --un 49% usa este canal--. En menor medida están los planes de pensiones, un 42%, frente a un 29% que lo hace a través de fondos de inversión.
Otra de las peculiaridades del ahorrador español es el pago periódico de la hipoteca como fórmula de ahorro. Un tipo de activo que, hoy, advierten los especialistas, no garantiza tampoco un aumento de valor a largo plazo.
Más información
La irrupción de internet ha contribuido a hacer más accesible y para un mayor número de ciudadanos la inversión en bolsa, explican desde Caixabank. Esta entidad relanzó en diciembre de 2015 su servicio Bolsa Abierta, y cuenta cada vez con un perfil más variado de cliente que busca distintas carteras de inversión.
Este portal facilita todo tipo de inversiones, según las necesidades de cada cliente. “El diseño de Bolsa Abierta se ha trabajado pensando en el inversor frecuente y con conocimientos financieros y bursátiles, pero también tiene en cuenta a otros perfiles de inversores con cuenta de valores, pero que tienen actividad en el mercado bursátil de forma puntual", sostienen fuentes de la entidad a Crónica Global.
Caixabank tiene un total de 13,8 millones de clientes, y solo 1,5 millones de ellos disponen de cuenta de valores.
La familiaridad del ahorrador medio español con este mercado crece tímidamente. La información y el conocimiento, comparten los expertos, son básicos para derribar mitos y aprender a invertir racionalmente.