Importantes fondos de inversión internacionales como Blackstone y grandes compañías francesas y españolas han irrumpido con fuerza en el mercado nacional para hacerse con residencias de la tercera edad, unas inversiones que consideran "un valor seguro y al alza", según han reconocido a este medio las tres principales asociaciones españolas de residencias geriátricas.
Sólo en Madrid, durante 2016, se vendieron 15 residencias geriátricas que funcionaban a pleno rendimiento.
Negocio seguro
Los inversores ven en los centros para la tercera edad una oportunidad de oro porque se trata de "negocios recurrentes" o de ingresos fijos o periódicos que, además, presentan una baja morosidad (no llega al 1%, cuando la bancaria supera el 10%), y por la existencia de una demanda in crescendo a tenor de las cifras de casi plena ocupación que muestra el sector. La estimación de la curva vegetativa española es negativa, por lo que cada vez será mayor la proporción de de ancianos entre la población.
Los fondos de inversión ven negocio seguro y han puesto su foco en Madrid, Barcelona y Valencia, especialmente en geriátricos que dispongan de más de 150 camas.
Mercado Internacional
Además, algunos inversores franceses y norteamericanos se plantean llegar a acuerdos con países nórdicos para ofrecer a sus ancianos plazas geriátricas en España, sobre todo en la franja sur mediterránea.
La oferta que se baraja es de unos sesenta euros al día, lo que equivale a unos 1.800 euros al mes, un montante asequible para los salarios y pensiones de los jubilados del norte de Europa.
Los gobiernos de aquellos países ven con buenos ojos esta oferta y aceptarían, incluso, el hecho de actuar como una especie de tour operadores hoteleros ya que enviar a sus ancianos a España les permitiría el ahorro en la carga médica que suponen. Estos ancianos, en la medida que serían residentes en nuestro país, disfrutarían automáticamente de asistencia medica y farmacéutica pública como cualquier otro ciudadano.
Comprar antes que construir
La última venta de un geriátrico en España se cerró a finales de año por unos 12 millones de euros. Se trata de un centro con casi 200 camas en Madrid. En este caso concreto y como tónica habitual, según fuentes del sector, los inversores han preferido pagar el dinero montante y sonante en vez de comprar unos terrenos y construir la residencia. De haberlo hecho, el volumen desembolsado hubiera sido inferior, de unos 8 millones, incluida la adquisición del terreno y la infraestructura anexa, según algunas estimaciones.
Sin embargo, los compradores han preferido pagar más y de golpe, para así poder ingresar desde el primer mes los 2.100 euros que cada anciano paga por su plaza.
El dinero se mueve
Empresas como Adavir y Orpea (ambas de capital francés) o la nacional Vitalia también han entrado en la puja por las residencias de la tercera edad. Lo mismo han hecho en Cataluña los grupos SAR y Vallesol.
En España hay aproximadamente unas 2.000 residencias de la tercera edad, algunas, como en el caso de Madrid y Barcelona, con más de 400 camas hábiles, y todas ocupadas.