A pesar de que, gracias a la liberalización, muchos comercios apliquen descuentos antes del 7 de enero, la mayoría de los consumidores siguen esperando hasta esa jornada para aprovechar las tradicionales ofertas de estas fechas. Así, el sábado, el centro de Barcelona se convirtió en un hervidero de clientes en busca de productos a precios de saldo. En los ejes comerciales de barrio no se registró la misma afluencia, pero las ventas se mantuvieron a buen ritmo.
La Fundación Barcelona Comerç ha calificado de "notable" la afluencia de consumidores que se vivió el sábado, lo que considera un buen comienzo de campaña. A la asistencia masiva a los comercios ayudó que ese día, además de ser el primero de rebajas, es también en el que se producen los cambios y devoluciones tras los regalos de Reyes. En cuanto al domingo, según los ejes asociados a la fundación, la apertura fue "desigual".
'Efecto llamada'
Por otra parte, esta entidad pidió ayer que se establezca una única fecha conjunta para el inicio de las rebajas de invierno. El objetivo es favorecer por igual a todo el comercio y mantener el efecto llamada que provoca. La entidad defiende que una única fecha acabaría con "la actual confusión de los compradores que no saben si se están beneficiando de una promoción, precio especial o rebaja".