La cervecera catalana dirigida por Jorge Vilavecchia ha decidido poner tierra de por medio de su negocio en la antigua Pescanova, empresa alimentaria y conservera gallega que protagonizó un sonado escándalo al conocerse la realidad de sus cuentas. Damm ha finiquitado su participación en la compañía con la venta de su paquete accionarial al fondo Broadbill, que se ha convertido así en el primer accionista de la pesquera.
Broadbill fue el único interesado en tomar el control de esa participación, según ha podido saber este medio. De hecho, Damm había pasado los últimos años desligada de la antigua Pescanova, desinteresada del proceso de reconversión que se lleva a cabo y sin asistir a las últimas juntas de accionistas que se han ido convocando ni ejercer sus derechos de voto.
Alegría de los accionistas
Damm tampoco forma parte del accionariado de Nueva Pescanova SL, la compañía que se constituyó para dar salida al plan de viabilidad del grupo. Los pequeños accionistas atrapados en el capital de la antigua compañía han recibido con esperanzas la operación. Lorenzo José Ramet del Pino, uno de los minoritarios que se encuentra en esa situación, ha emitido un comunicado felicitándose porque haya sido posible la venta y, como consecuencia, que los pequeños socios “puedan recuperar dinero” que tienen inmovilizado en la antigua sociedad.
El fondo Broadbill pasa a convertirse ahora en el mayor accionista de la vieja pesquera, aunque, a juicio de Ramet, "queda un largo camino para que las relaciones entre la vieja y la nueva Pescanova funcionen".