El peso mexicano se deprecia tras la decisión de Ford de no invertir en el país
El fabricante de coches cambia de planes por las amenazas de Trump contra las automovilísticas que trasladen producción fuera de Estados Unidos
3 enero, 2017 20:11La cotización del peso mexicano se ha hundido este martes hasta su peor nivel desde mediados de noviembre después de que Ford, uno de los principales fabricantes estadounidense de automóviles, haya cancelado un proyecto de inversión de unos 1.500 millones de euros en el país azteca.
En concreto, un dólar se intercambiaba en los mercados por 20,9314 pesos, lo que representa una depreciación de la divisa mexicana del 1% respecto a la jornada anterior y supone el peor nivel de esta moneda desde el pasado 14 de noviembre.
De México a Michigan
La pérdida de valor de la divisa azteca se ha producido momentos después de que Ford haya anunciado que cancelaba la puesta en marcha de una planta en San Luis Potosí (México) y que destinaría parte de la inversión a su planta de Flat Rock, en el Estado de Michigan, lo que supondrá la creación de unos 700 empleos.
Ford destacó que esta inyección económica permitirá la fabricación, desde 2020, de un nuevo todocamino eléctrico, que tendrá una autonomía de 300 millas (más de 480 kilómetros), y que se comercializará en Europa, Norteamérica y Asia. Además, también producirá una variante híbrida del Mustang, que se comercializará desde 2020 en el mercado norteamericano, y un vehículo autónomo desde 2021.
En todo caso, la empresa ha confirmado que, con el fin de mantener la rentabilidad de la compañía, la próxima generación del modelo Focus se montará en el centro de Hermosillo (México) en lugar de en Estados Unidos.
La presión de Trump
La decisión de Ford de no construir la nueva planta en México se produce después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, alertara a los norteamericanos durante la pasada campaña electoral de que la corporación tenía pensado trasladar producción de EEUU a México.
Este martes, Trump ha advertido a General Motors de que o produce sus vehículos en el país o tendrá que hacer frente a fuertes aranceles para su comercialización a través de los concesionarios estadounidenses.