Las tres familias que se reparten la propiedad de Freixenet han pactado este miércoles un nuevo modelo de gestión de la sociedad. A partir de ahora, la participación mayoritaria en el grupo de los Ferrer-Noguer (42%) deja de tener validez para llevar el día a día en la empresa. En un nuevo consejo de administración tenso que se ha celebrado en la sede del grupo, se ha llegado al acuerdo de cargarse la figura de consejero delegado, cargo que ocupaba Pedro Ferrer Noguer, y crear en su lugar un nuevo órgano directivo en el que también estarán representados sus primos hermanos.
Reparto de las acciones de Freixenet entre la tercera generación de los Ferrer / CG
Se trata de una comisión directiva de carácter ejecutivo con tres sillas. La del hasta ahora responsable de la empresa, la de Eudaldo Bonet Ferrer (hermano pequeño del presidente de la Cámara de Comercio de España y Fira Barcelona, José Luis Bonet), y Enrique Hevia Ferrer.
Venta de participaciones
Así lo ha anunciado la firma de cava en un escueto comunicado tras la reunión. No hace ninguna referencia a cuál será el principal objetivo de los tres directivos, aunque otras fuentes cercanas a la familia aseguran que la máxima será afianzar una solución de futuro para Freixenet.
La primera opción es estudiar en serio la oferta que el grupo alemán Henkell hizo tras el verano para tomar una participación minoritaria en la empresa. Se quedaría como mínimo con las acciones de la familia Hevia (29%), los primeros que movieron ficha para hacer caja con su participación y salir de un grupo con el que discrepan por la forma en el que se ha gestionado en los últimos años. Aunque también están dispuestos a vender algunos de los Bonet-Ferrer (29,1%), no hay una posición unitaria en esta rama de la familia.
Estudiar ofertas
No existe ninguna exclusividad en esta operación. La tercera generación de los Ferrer están abiertos a mirar otras ofertas. Incluso algunos de ellos no tendrán ningún problema en buscar socios interesados en entrar en el negocio del cava, añaden los mismos interlocutores. Pero con total discreción.
Todo ello, tras el fracaso de los Ferrer-Noguer en su intento de conseguir la financiación necesaria para tomar el control de la sociedad y comprar los títulos que sus primos quisieran vender.
Limar asperezas familiares
La creación de la comisión directiva ejecutiva también es una solución para ganar tiempo e intentar limar asperezas entre los distintos familiares que participan en la gestión diaria del grupo. Esperan encontrar una solución a corto plazo.