La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pasa del conflicto laboral que se abrió hace más de un año en el Metro de la ciudad. Como mínimo eso es lo que opinan los trabajadores del suburbano que empiezan a plantear nuevas movilizaciones y huelgas de servicio ante lo que consideran que se trata del enésimo plantón por parte de la gente de BComú y de la dirección de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), la empresa pública de la que dependen, para alcanzar un pacto tras un tiempo de paz social.
“¿Pretende repetir la estrategia del año pasado de recibirnos en el último momento con palabras que no tienen ningún fondo?”, inquieren los trabajadores consultados respecto a la nueva polémica que torpedea la negociación para renovar el convenio colectivo que les afecta y cerrar el desencuentro. Existe malestar en cómo ha actuado el Gobierno municipal y en especial la alcaldesa hasta la fecha, que solo se ha reunido en una ocasión con el comité de empresa ante los paros convocados para la pasada edición del Mobile World Congress (MWC) que se puede repetir el próximo febrero.
Desencuentros con BComú
Colau les recibió, aseguran, pero no les hizo ninguna propuesta para desbloquear la situación y les dijo que les escuchaba. Algo que creen que no está a la altura de una líder política como la alcaldesa. Pero los desencuentros del principal partido en el Gobierno municipal, BComú, no terminan aquí; un partido con el que ideológicamente en teoría deberían tener mayor proximidad.
Mercedes Vidal, concejal de Movilidad de la que depende TMB, y el director de la empresa pública que gestiona los transportes públicos locales, Enrique Cañas, se han negado en repetidas ocasiones a recibir al comité de empresa y tampoco aceptan encuentros con los trabajadores a título individual. “Eso no había pasado nunca antes”, lamentan las fuentes consultadas. Ni con el Gobierno de Xavier Trias (CiU) ni con los socialistas, sus predecesores.
Marc Grau, ¿responsable de los fracasos laborales?
¿Qué ha cambiado? Todos los sindicatos señalan al director del Metro, Marc Grau. Es íntimo amigo de Cañas y el “único que tiene margen” para tomar decisiones sobre la negociación del conflicto. Manifiestan que la directora de relaciones laborales que comparece en los encuentros de la mesa de negociación debe abandonar la sala y contrastar con él todas las decisiones que se intentan abordar mientras se negociaba, ya que ahora el diálogo está parado a la espera de que la empresa retire doce expedientes sancionadores.
“Le está haciendo la cama a la alcaldesa y no lo está viendo”, aseguran los trabajadores. Son conscientes de que el enroque en la negociación y las posibles consecuencias, como una nueva huelga en el MWC de 2017 que traería problemas grandes para la ciudad, preocupa al Gobierno local, por ello aún les sorprende que no hayan intervenido para tomar las riendas del diálogo.
Piden que Colau tome una decisión valiente
Más, cuando la plantilla ha denunciado en múltiples ocasiones que Grau ha dinamitado un posible acuerdo de última hora. Explican que lo ha cambiado las condiciones de las propuestas en las ocasiones que se han acercado posiciones en lo que creen que es un intento de desestabilizar al equipo de Gobierno por falta de sintonía política.
Por ello, reclaman al Ayuntamiento de Barcelona que cambie de tercio y tome una decisión valiente para desencallar la negociación.