La proliferación del coche eléctrico ocasionará un gran impacto energético en las ciudades del futuro, que se verán obligadas a disponer de un gran caudal de energía eléctrica para abastecer a este tipo de vehículos. Es la advertencia que lanza un estudio internacional publicado en la revista Energies, en el que participan expertos de la UOC, que identifica los principales retos medioambientales que conllevará el incremento de estos autos en el parque móvil de las ciudades.
Según los expertos, la apuesta por los coches eléctricos no es tan limpia y sostenible como se suele pensar. Aunque es cierto que estos vehículos "generan menos contaminación mientras circulan", si se generaliza su uso se requerirá una “enorme cantidad de energía eléctrica”. Energía que, recuerdan, será necesario “generar, trasladar y almacenar”, lo que también puede constituir un fuente importante de contaminación.
Se necesitará energía nuclear
El informe revela, asimismo, que esta situación hará preciso “recurrir a otras fuentes de energía como la nuclear”, que conlleva una serie de problemas harto conocidos. "Se trata de un asunto que tiene numerosas repercusiones éticas y sociales", resume Ángel Juan, uno de los autores del estudio y director del Internet Computing and System Optimization de la UOC.
La falta de puntos de recarga en muchas ciudades actuales es otro de los extremos sobre los que alerta la investigación. Y es que, teniendo en cuenta que "cargar una batería eléctrica exige mucho más tiempo que un vehículo tradicional", señala Juan, tendrán que tomarse “decisiones complejas en relación al número de puntos de recarga, su capacidad y el lugar en el que se ubicarán". Así, los expertos consideran ineludible planificar un "diseño eficiente" de red de estaciones de recarga o de intercambio de baterías.
El estudio resulta especialmente pertinente en nuestro país, cuyo mercado de vehículos eléctricos está experimentando un sensible crecimiento. De este incremento da fe la patronal de fabricantes (ANFAC), que informa que las matriculaciones se han duplicado en la primera mitad del año con respecto a 2015. Para potenciar esta inercia, el Congreso de los Diputados comenzó a tramitar a finales de noviembre un proyecto de ley que prevé ayudas de hasta 7.000 euros por comprador para adquirir estos vehículos.