Remigio Iglesias es la persona escogida por el consejo de administración de Banco Popular para dirigir el nuevo vehículo inmobiliario al que derivará 6.000 millones de euros de activos tóxicos para que no pesen en su balance. Este antiguo directivo del Banco Santander será el presidente del consejo de administración de este banco malo, el Proyecto Sunrise.
Está bregado en este tipo de encargos. Iglesias fue la persona en la que confió Emilio Botín para dirigir las recuperaciones y saneamientos del Santander en 2011, los años más duros de la crisis en los que tuvo que negociar, por ejemplo, su participación en la Sareb.
Ana Botín prescindió de él al tomar el relevo de su padre en la presidencia en verano de 2015, pero siguió vinculado al Santander. Era consejero de la inmobiliaria Altamira y de Metrovacesa antes de que se fusionara con Merlin. Lleva más de 40 años en activo en el sector.
Roberto Rey, consejero delegado
El Proyecto Sunrise también contará con Roberto Rey, número dos de Carbures hasta el momento y con una trayectoria profesional que también le ha llevado a la constructora Grupo San José. Es decir, cuenta con experiencia en la gestión inmobiliaria.
Anteriormente había sido director general de Caja Burgos y Banca Cívica.
Banco Popular ahora deberá obtener el visto bueno de la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV), el Banco de España (BdE) y el Banco Central Europeo (BCE) para constituir su banco malo a lo largo de enero. Su plan es que empiece a cotizar como muy tarde en junio de 2017.