El plan de José Ferrer para evitar la entrada de accionistas externos en Freixenet ha fracasado. El patriarca de la compañía no ha conseguido reunir los 230 millones de euros que necesitaba para comprar el 51% de la empresa de cavas y vinos. Ferrer lo anunció en la junta general de accionistas del jueves pasado en Sant Sadurní d’Anoia, según informa La Vanguardia.
José Ferrer, presidente de honor y máximo accionista con el 42% de la compañía, pretendía así evitar la entrada de compradores externos. El grupo alemán Henkell & Co había presentado en marzo una oferta de 255 millones para hacerse con el 51% de las acciones de Freixenet, una cifra superior a los 230 millones que tenía previsto abonar Ferrer.
Los que se oponían
Tanto esta rama de la familia como la Bonet, con su presidente José Luis Bonet, se había opuesto a la compra de una participación mayoritaria por parte de la empresa alemana productora de vino espumoso. Es por esta razón que Ferrer hizo la oferta de adquirir las participaciones de los accionistas minoritarios, los Hevia, que buscan colocar el 29% que poseen.
La primera opción de Ferrer a la hora de conseguir financiación para adquirir el 51% de la compañía fue el Banco Santander, del que formó parte como asesor en Cataluña. Ni esta entidad ni ninguna otra, sin embargo, ha aceptado financiar la operación, al considerar que supera la capacidad de pago de la familia y que el propio grupo no podría soportar el endeudamiento adicional.