El próximo martes 8 de noviembre será crucial para los grandes de las bebidas refrescantes con alto contenido en azúcar como Pepsi o Coca-Cola. Cuatro ciudades americanas --Boulder, en Colorado; y San Francisco, Oakland y Albany, en California-- votarán si deben aplicar o no un impuesto a este tipo de bebidas.
La tarifa que plantea Boulder es de dos centavos por onza de refresco, mientras que las tres ciudades californianas proponen que la conocida como Soda Tax sea de un centavo. Según publica un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, las tarifas en estas bebidas azucaradas significarían un ahorro de millones de dólares en costes sanitarios.
Mejoras en la salud
Se estima que la Soda Tax, además, pueda llegar a reducir el consumo de estos refrescos un 20%, lo que produciría un impacto positivo sobre la salud de los habitantes de la zona. El mismo estudio revela que el índice de diabetes en las tres ciudades de California se reduciría en un 4% en el año 2018, cuando el impuesto habría alcanzado su pleno efecto.
En esta misma zona, la predicción de Harvard es que habrá 6.000 personas menos con obesidad a finales de 2025. En la ciudad de Colorado, la diabetes podría reducirse un 10% si finalmente se aprueba el impuesto.