Dos años después de superar un concurso de acreedores, la textil española Caramelo se vende al mejor postor. Así lo ha decidido el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña (Galicia) al decretar la apertura de la fase de liquidación de la compañía en un auto que se firmó el pasado viernes y que se ha entregado a las partes este lunes.
El empresario gallego Manuel Jove, que controlaba la sociedad a través del grupo Inveravante, reconoció el pasado martes que las deudas que se arrastraban con los trabajadores y los proveedores no se podían cubrir ni con las ventas de la firma en este momento. No ha hecho públicos los datos del cierre de 2015, aunque la facturación del ejercicio anterior creció el 15% hasta los 13 millones de euros. La previsión era alcanzar los 17 millones este ejercicio.
PwC se queda la administración concursal
Antonio Zamorano Fernández y Antonio Amorrich Campos, de PwC, serán los encargados de buscar a un inversor para la compañía. Han sido nombrados administradores concursales. Está en el aire conocer si optarán por disgregar la marca, cuyo valor está asociado a la historia de la compañía, y la masa laboral. Disponen de dos semanas para presentar un plan.
El concurso de acreedores de 2014 se saldó con una reducción destacable de la plantilla. Implicó la salida de 180 trabajadores hasta quedarse con los 169 empleados actuales, todos ellos afectados por la nueva insolvencia de Caramelo.
Peso de las deudas anteriores
Fuentes del entorno de Jove aseguraron que en los últimos años se ha hecho “todo lo posible para intentar recuperar la senda de la rentabilidad una vez superado el concurso de acreedores de 2014”. El problema fue que los números rojos de los ejercicios precedentes pesaban demasiado en las cuentas de explotación de la empresa, que se vio abocada sin remedio “a la liquidación”.
Inveravante controla el 93% de la propiedad de Caramelo. El 7% restante está en manos de la Xunta de Galicia.