“Los bancos tienen la misma estructura que hace 100 años, con muchos empleados y oficinas físicas; Circle hace las cosas mucho más baratas: somos 150 personas con ordenador”. Así resume Marieke Flament, directora de Circle en Europa, el factor que permite a la plataforma de pagos de persona a persona Circle no cobrar comisiones. El ahorro de algunos costes hace más rentable operar de una forma distinta a la ofrecida por las entidades tradicionales.
Los formatos son página web y aplicación, que permiten pagos instantáneos. Lo único que hay que saber es el teléfono, la dirección de correo electrónico o la cuenta de Circle de la otra persona. La plataforma permite elegir la cantidad de dinero y si éste ha de proceder de la cuenta de la app o de la tarjeta de crédito. El pago es instantáneo.
“¿Quién no ha pagado algo a un amigo y ha tenido que irle detrás semanas para que se lo devolviera?”, se pregunta Flament. De esta premisa parte Circle, que se ha lanzado esta semana en España: de los pagos sociales. No solo se pueden hacer pagos, sino también reclamarlos. Es otra opción que incluye la plataforma, que el receptor puede aceptar o rechazar.
Sin fronteras
El objetivo es cruzar fronteras. Se lanzó por primera vez en Estados Unidos, hace un año; después, en Reino Unido, el sitio europeo en el que la regulación es más laxa en este ámbito. “Tenemos que adaptarnos a las leyes de cada país, que en EEUU cambian incluso entre los Estados”, asegura la directora de la compañía en Europa.
España e Irlanda han sido las siguientes, aunque prevén llegar a los 31 países del Espacio Económico Europeo (EEE). Pero traspasar fronteras significa cambiar de moneda, y esto sí cuesta dinero. Es por ello que la empresa trabaja con euros, dólares y libras. El precio de enviar dinero de una a otra divisa es el 0,2% o 0,3% de la operación. Flament se justifica: “Los bancos cobran el 4% y otras aplicaciones similares, el 2%”.
Una cuestión de costumbres
Operar entre países también supone adaptarse a cada uno. Las costumbres no son las mismas y los hábitos alrededor del dinero, tampoco. “En Reino Unido les avergüenza mucho pedir dinero”, asegura la jefa de Circle en Europa. En cambio, en las regiones nórdicas es mucho más habitual.
España, por su parte, la “gente adopta muy rápido los nuevos servicios que le hacen la vida más fácil; y hay muchos millennials”, añade. La idea llegó de China, donde “una sola app permite hacer muchas cosas diferentes”.
China, el gran reto
Sin embargo, todavía no se atreven a entrar en el mayor mercado del mundo al completo: “Intentar competir con WeChat sería un suicidio”. Esta es la aplicación de las aplicaciones allí. Y su idea es integrarse en otras apps; de momento, solo lo han hecho con iMessenger, el chat de iOS, el sistema operativo de iPhone.
También llegará la introducción de otros servicios, como los préstamos entre particulares. Estos sí tienen previsión de monetizarse –de momento, es gratuito–. El objetivo más inmediato es “crear una basa sólida de usuarios” entre los que más adelante pretenden ganar clientes de las formas de pago.