El consejero catalán de Salud, Toni Comín, ha afirmado este viernes que tiene un plan para adquirir el Hospital General de Catalunya por 50 millones de euros.
"Este hospital es el que falta a la red hospitalaria catalana pública", ha afirmado el dirigente de Junts pel Sí en una entrevista en Catalunya Ràdio. Comín no desiste a llevar a cabo su particular plan para el sector sanitario autonómico, pero la presión del entorno convergente para que no exluyera al hospital concertado del Vallés de la red pública de hospitales ha hecho que el conseller se decantara por su nacionalización en una decisión desconcertante.
Ánimo de lucro
Comín desarrolla un plan para excluir a ciertos centros hospitalarios de la red pública catalana, Siscat. El criterio que ha utlizado para aplicarlo hasta ahora es expulsar del concierto a aquellos centros cuya propiedad tuviera ánimo de lucro. La noticia de hoy supone un giro drástico, porque tanto el Hospital General de Catalunya como el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallés, donde se encuentra y que está gobernado por CDC, se había resistido abiertamente a sus planes.
Un decisión de comprar que, según ha expresado él mismo, todavía no cuenta con el aval del sector: "De momento, aún no tenemos respuesta de la empresa; de si acepta nuestra oferta de compra", ha añadido.
"Es más económico"
Asimismo, Comín ha justificado la compra alegando que es más económico que construir "dos hospitales nuevos", en referencia al Vicenç Ferrer de Rubí y al Ernest Lluch de Cerdanyola-Montcada-Ripollet, y ha asegurado que se quedarán "con todo el personal" del centro. "Los trabajadores ganan porque pasan de un convenio privado al público y, por tanto, mejoran sus condiciones".
A la espera de conocer las reacciones de los expertos, a Comín se le abre otro frente que puede hacer reformular la hoja de ruta para la consejería que lidera.