Corea del Sur todavía no ha tenido tiempo de evaluar los efectos de la crisis de Samsung en su economía, pero la preocupación existe. El banco central del país ha revisado a la baja su previsión de crecimiento para el año que viene, de 2,9% previsto, al 2,8%.
Aunque el cambio no es significativo, responde, en parte, a las “incertidumbres” causadas por la suspensión de la producción del nuevo móvil de la marca, el Galaxy Note 7. Los cálculos de crecimiento más inmediatos, hasta finales de año, se han mantenido en el 2,7% y los tipos de interés en 1,25%.
“Necesitamos más tiempo”
El gobernador del banco central del país asiático, Lee Ju-yeol, explicó que necesitan “más tiempo” para valorar el impacto de la crisis de la multinacional en la economía surcoreana. Aunque los efectos de ésta se incluyeron en las últimas previsiones, presentadas el jueves, todavía no se han podido valorar los últimos acontecimientos.
Samsung retiró del mercado todos los nuevos teléfonos tras estallar el escándalo de los Galaxy Note 7, que explotaban y se incendiaban al cargarse. Pero Samsung no es la única empresa del país que pasa por problemas. Los trabajadores de Hyundai han protagonizado varias huelgas desde julio, hecho que también ha afectado a las exportaciones de Corea del Sur.