Semana Santa deja de ser un criterio para Grifols a la hora de fijar el calendario laboral. El gigante de los hemoderivados ha llegado a un pacto con el comité de empresa para añadir “mayores medidas de flexibilización laboral”. Es decir, que las factorías en España cierren en los festivos decretados por ley pero que continúen con la producción el resto de jornadas a partir de 2017.

La plantilla no perderá días de vacaciones, pero se las podrá organizar en función de sus necesidades. Fuentes del grupo reconocen que se trata de un criterio laboral que está implementado en la inmensa mayoría de industrias del país, pero en Grifols se ha vendido como una modernización. Incluso ha generado controversia en la fábrica de Parets del Vallès (Barcelona), el primer centro de producción de hemoderivados que inauguró la cotizada.

Controversia en las factorías

La tradición de que Semana Santa se libraba entera estaba muy arraigada en la factoría y, tal y como reconocen fuentes sindicales, la decisión de cambiarla ha generado “controversia”. Algunos aplauden la modificación. Otros han mostrado abiertamente su oposición y acusan a la compañía de robarles días festivos.

Entre los representantes de los trabajadores se impuso la primera opción y, por ello, firmaron el pacto a finales de septiembre. Los mohines y críticas que les han llovido desde entonces en algunas partes de la fábrica son el ejemplo, según señalan las fuentes consultadas, de los tics de gestión de empresa familiar que aún imperan (o imperaban, en este caso) en Grifols. 

La producción se mantiene

Los portavoces del grupo afirman que la decisión del calendario de festivos no está relacionada con ningún incremento de producción planificado. Los centros de trabajo estarán más días abiertos, pero no se espera un gran impacto en el volumen de fabricación porque, al final, los trabajadores descansarán los mismos días aunque de forma más repartida.

Grifols ganó 264,4 millones de euros en los seis primeros meses del año, el 1,1% más que en el mismo periodo de 2015. Ingresó 1.951,6 millones, cifra que supone un incremento del 2,7%. La dirección, encabezada por Víctor Grifols, explicó que los avances que se habían ganado a raíz de determinadas inversiones financieras se habían visto compensados por los mayores gastos de amortización y los impuestos.