Samsung ha detenido la producción de su teléfono móvil Galaxy Note 7 después de que se detectara el incendio de varias de las unidades distribuidas para reemplazar precisamente a las que estaban afectadas por este tipo de problemas. Según diversos medios, hasta ocho terminales de sustitución se habrían recalentado y explotado.

La parada de la fabricación del phablet es temporal y se ha decidido en cooperación con reguladores de Corea del Sur, EEUU y China. La medida incluye una planta de Samsung en Vietnam que es responsable de los envíos globales del Galaxy Note 7.

En este sentido, la semana pasada dos de los grandes operadores de telefonía móvil de EEUU, AT&T y T-Mobile US, dejaron de vender las nuevas unidades del Note 7 --teóricamente no afectadas por la avería-- ante los cinco nuevos casos de incendio que se detectaron en ese país.

Un coste de 800 millones de euros

Samsung comenzó a vender el teléfono el pasado 19 de agosto pero poco después anunció su retirada tras concerse el incendio de una treintena de móviles en diversos países mientras se estaban cargando. Se calcula que la incidencia afecta alrededor de 2,5 unidades de unidades.

Diversas estimaciones apuntan que la retirada masiva del Galaxy Note 7 supondrá a Samsung un coste aproximado de 800 millones de euros. Todo ello sin contar la repercusión negativa que este caso puede tener en las ventas de otros productos de la marca surcoreana.