Con Cristina Kichnner en la presidencia, Argentina declaró de interés público y como política de Estado el desarrollo de la industria satelital, al tiempo que aprobó un Plan Satelital 2015-2035. El satélite argentino Arsat lidera este sector estratégico que requiere grandes inversiones e implica altísimos riesgos.
Hace unos días el diario argentino Página/12 publicó extractos de un documento confidencial atribuido a Hispasat. En el artículo titulado Lobby extranjero para barrer con Arsat se acusa a la multinacional española, a la francesa Eutelsat y a la norteameriana DirecTV de poner en jaque a Arsat.
El documento íntegro fue solicitado por Crónica Global al diario argentino para contrastar la información publicada. También se solicitó la opinión de Hispasat a estas graves acusaciones y la confirmación de la existencia de dicho documento. Inútilmente.
El lobi del sector
El documento confidencial Impacto de un enfoque de cielos abiertos en la competitividad del mercado de las telecomunicaciones y la inclusión digital, según Página/12, condensa el intenso lobby que las firmas satelitales privadas están realizando sobre el Gobierno argentino.
El diario revela, además, que en el Ministerio de Comunicaciones de Argentina están pendientes de la firma de las autorizaciones de los satélites Eutelsat 115 WA, Eutelsat 117 WA y Amazonas 3 de Hispasat, un modelo lanzado en febrero de 2013 que también permite brindar banda ancha directo al hogar en banda Ka. La compañía española cuenta con tres satélites en construcción que se pondrán en órbita antes de finales de 2017, según declaró en una entrevista Elena Pisonero, presidenta de Hispasat.
Funcionarios que presionan
“Son varios los funcionarios que presionan para avanzar en esa dirección e incluso en las últimas semanas comenzó a circular por los despachos oficiales un informe de la española Hispasat, donde se detalla el pliego de condiciones que buscan imponer las multinacionales satelitales de origen extranjero”, subraya el diario argentino.
La autorización a satélites franceses, holandeses y estadounidenses durante las últimas semanas para operar en el país es solo la punta de lanza de un programa destinado a desregular el mercado, según recoge Página/12. El diario asegura que la compañía española tiene un acceso privilegiado a la actual gestión. Recuerda como Hugo Miguel, subsecretario de Planeamiento de la secretaria de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, área que tiene a su cargo la política satelital, fue hasta el año pasado director de tecnología de Tesacom, empresa de soluciones satelitales asociada a grandes firmas extranjeras como Hispasat. Y constata como Eduardo Tallarico, representante legal de Hispasat en Argentina, es asesor del Ministerio de Comunicaciones.
Cielos abiertos
“La tendencia de gran parte de las agencias regulatorias hacia la aplicación del principio ‘menos es más’, abre el camino a la imposición de menores requisitos reglamentarios a cambio de un mayor acceso a las comunicaciones esenciales, perfilándose la implementación de una política de cielos abiertos, como un mecanismo clave para mejorar la competencia del mercado”, señala en su introducción el documento atribuido a Hispasat.
En el mismo se afirma que “la experiencia de los países que disponen de mercados más abiertos, ha demostrado que facilita la entrada de nuevos operadores satelitales, generando un mayor dinamismo del mercado, hecho que repercute positivamente en las compañías distribuidoras del servicio así como, y especialmente, en los usuarios finales”.
La banda ancha de los satélites
El trabajo de Hispasat también resalta las ventajas que tiene la banda ancha satelital por sobre la infraestructura terrestre (fibra, cable, DSL) en lo que refiere a la provisión de acceso a internet de banda ancha, sobre todo en zonas rurales.
“El hecho de que el acceso satelital de banda ancha se encuentre disponible para el 100% de la población ubicada dentro de la huella del satélite y solo se requiera un módem y una antena terrestre para su despliegue, permite la conexión inmediata de los abonados a la banda ancha y a las redes troncales de Internet, en lugar de tener que esperar a que se realice el despliegue de la red terrestre punto a punto”, se destaca en el documento.