Start up (empresa emergente) es un vocablo que ha pasado a formar parte del lenguaje común, pero a menudo su significado se confunde con otros tipos de empresas, plataformas o puntocoms que operan también a nivel digital.
En este contexto de novedad y eclosión de nuevos modelos de negocio nació, hace menos de una año, la Asociación Española de Startups, que intenta arrojar un poco de luz sobre el papel de las start ups en la economía española. En su breve recorrido como asociación, ha tenido que rechazar un tercio de solicitudes por incumplir los requisitos de las empresas emergentes.
“Tenemos una definición muy clara: son proyectos emergentes e innovadores, normalmente con base tecnológica y potencial para escalar”, explica Elena Rodríguez, responsable de comunicación de la entidad. Y es que uno de los puntos esenciales de este modelo es su habilidad para crecer sin generar gastos adicionales y sin que la calidad del servicio se vea perjudicada.
“Son clave para el cambio de modelo económico”
El objetivo de la asociación es la creación de un entorno favorable para el desarrollo de las start ups, a través de la realización de labores de interlocución, comunicación y colaboración con los organismos y agentes relevantes del sistema para defender sus intereses. “Es importante para nosotros ser fieles a esto, porque uno de los puntos que defendemos es que las start ups son diferentes de otras empresas innovadoras y de otras pymes y nosotros queremos poner en valor esa diferencia”, sostiene.
En este sentido, añade Rodríguez, “las start ups son clave para el cambio de modelo económico que necesita el país”. Algunas de las start ups que han logrado ser conocidas en los ámbitos económicos, porque han pasado de ser promesas a realidades solventes, son: Cabify, Percentil, Menéame y DelSuper. Las cuatro forman parte de la Asociación Española de Startups, que de momento cuenta con 47 firmas asociadas.
Europa: Mercado Único Digital
En algo menos de un año, la asociación ha celebrado dos debates electorales con los cuatro principales partidos, reuniones de trabajo tanto con Pedro Sánchez (PSOE) como con Albert Rivera (Ciudadanos) y encuentros habituales con los equipos económicos de las principales formaciones políticas. En los últimos meses, tanto socialistas como ciudadanos han presentado proposiciones no de ley dirigidas a potenciar las start ups y se ha trabajado conjuntamente con ellos para que salieran adelante.
La poca flexibilidad de la legislación española es una de las principales “trabas” que observan para la iniciativa empresarial. Esto, unido a las distintas regulaciones nacionales, regionales y locales, crea una “complicación burocrática” que dificulta el comienzo si se tienen pocos recursos. En este sentido, hay especial atención puesta en la iniciativa europea conocida como Digital Single Market, que se dirige a la creación de un mercado único digital.
Los emprendedores, a emprender
Su razón de ser surge de “la constatación” de que hay un camino que recorrer como asociación que vele por los derechos de las start ups. Que tengan una voz ante las instituciones. La cuestión principal es que los emprendedores puedan dedicarse a lo suyo sin tener que lidiar con todos los aspectos burocráticos y legales que giran alrededor: “Los fundadores de start ups están demasiado ocupados levantando su negocio como para preocuparse por cosas como la legislación o la fiscalidad que se está aprobando”, apostilla Rodríguez.
La asociación, en definitiva, se dedica a simplificar esta tarea, con la absorción del grueso del trabajo duro que hace falta para estudiar y valorar las normas y leyes que afectan al ecosistema, y a mostrarse siempre al servicio del interés de este nuevo modelo de negocio que irrumpe con fuerza en la vida económica española.