El banquero de Manresa (Barcelona) le sacude al final al petrolero de Mollerussa (Lleida), un desenlace imprevisto entre dos catalanes con mando en plaza en Madrid y muchos años de tensión recíproca acumulada. Isidro Fainé será presidente de Gas Natural Fenosa el próximo 21 de septiembre si se cumple con el calendario previsto para renovar los órganos de gobierno. Ese día, Antoni Brufau ya no asistirá al consejo de administración de una empresa en la que ha ocupado casi todos los cargos, pero que abandona por la puerta de servicio, enfrentado con una parte del consejo y con el equipo directivo.
Todos los socios implicados se cuidan de manera oficial de presentar los hechos como el corolario natural de la entrada de un nuevo inversor y la consecuente renovación de la cúpula de Gas Natural
Fenosa. La apreciación en el propio mercado y en su entorno, es otra: Brufau ha tirado la toalla. Fue presidente y ha sido vicepresidente de la gasística durante años. Fue el inventor de la OPA a Endesaen su día (antes ya fracasó con otra sobre Iberdrola), aunque a efectos públicos dio la cara Salvador Gabarró. “Creía que lo sabía todo, hasta que dejó de tener una noción de que su papel en la compañía era representar a uno de los accionistas y que Dios, exista o no, no estaba en el consejo ni era él”, afirma taxativo uno de los consejeros.
Llegan Armenter y Josu Jon Imaz
La Caixa, primer accionista ahora de la empresa de Barcelona, seguirá nombrando presidente. ¿Y qué mejor fórmula que darle la presidencia institucional a su hombre fuerte? “La presidencia no es ejecutiva, pero como a Isidro se le cuadre que quiere intervenir en la compañía ya se pueden preparar Rafael Villaseca [consejero delegado] y demás”, explica un estrecho colaborador del banquero para ilustrar que con Fainé al frente de Gas, y con independencia de lo que digan estatutos y demás, el mando residirá en su persona. Al consejo también se incorpora Marcelino Armenter, director general de Criteria.
Mario Armero y Juan Rosell, ¿vicepresidentes?
Con Fainé en la cúpula y Brufau camino de la jubilación profesional, los nuevos accionistas también quieren sus espacios. La empresa va razonablemente bien, proporciona un dividendo no desdeñable y el fondo GPI acaba de darle una valoración de mercado de 19.000 millones de euros. De ahí que el reparto del poder se esté discutiendo entre La Caixa, Repsol y GPI. Asegurada la presidencia, las dos vicepresidencias del grupo serán el siguiente eslabón de poder. GPI se ha pedido una, que podría ejercer uno de sus representantes en España, Mario Armero. Le une con el fondo de inversión americano haber prestado servicios para empresas de aquel país como General Electric.
La segunda vicepresidencia está todavía pendiente de definir. Hasta la fecha el cargo ejecutivo era designado por Repsol, pero los pactos de antaño han saltado por los aires. Dos personas tienen opción a ocupar ese cargo: Josu Jon Imaz y Juan Rosell, presidente de la CEOE y también consejero de la gasística.
Rosell podría obtener así un premio de consolación a sus aspiraciones de presidir Gas Natural Fenosa, una de sus confesadas metas profesionales. De viaje por Argentina, el patrón de patronos mantendrá un encuentro con Fainé la semana próxima para aclarar y definir su papel en el grupo.
Villaseca cena con Luis Conde
GIP no ha pedido ningún cambio en la gestión tras su aterrizaje como socio de referencia. Prefiere un cómodo primer periodo en el que se
Más discreto, aunque no ajeno a los acontecimientos, vive el CEO de la sociedad, Rafael Villaseca. No está cuestionado, salvo por Brufau,