El Plan PIVE ha dejado de ser una vía para financiar un coche nuevo. El Gobierno puso punto y final el 31 de julio al programa de incentivos para la compra de vehículos energéticamente eficientes. Los consumidores españoles pierden de esta forma las ayudas que podían ser de hasta 1.500 euros –750 que aportaba el Estado y el resto, de fabricantes y concesionarios –para cambiar el coche viejo por otro de nuevo.
Sin embargo, como informan desde el comparador HelpMyCash.com, los que quieran comprarse un vehículo aún disponen de otro método de financiación: pedir un préstamo coche a una entidad bancaria, al propio concesionario o a través de una plataforma de crowdlending.
La financiación bancaria toma el relevo
Uno de los métodos disponibles para financiar la compra de un vehículo es acudir a una entidad bancaria. Sus créditos auto se cuentan entre los más baratos del mercado. Son los que han bajado más de precio a lo largo del año debido al aumento de la demanda, a la mejora de la economía y a las medidas tomadas por el Banco Central Europeo (BCE).
Sin embargo, para contratar un crédito de este tipo a buen precio muchas veces es necesario cumplir con ciertas condiciones de vinculación con la entidad, como domiciliar la nómina o contratar otros productos (un seguro de vida, una tarjeta de crédito con consumo anual mínimo, etc.). Estos requisitos se mantendrán vigentes durante toda la vida del préstamo, lo que significa que, en caso de incumplirlos en algún momento, el interés se incrementará de manera automática.
Los concesionarios aún ofrecen financiación
Una de las principales vías de financiación para comprar un coche nuevo o de segunda mano son los préstamos a través del concesionario. Las condiciones pueden ser muy atractivas, como descuentos temporales y una menor vinculación, aunque el interés que aplican puede ser más elevado que el de los créditos bancarios.
Además, al tratar directamente con el vendedor del coche, es posible negociar rebajas en el precio y presionar con otras ofertas para conseguir mejores condiciones.
La alternativa: el ‘crowdlending’
Existe otro método, poco conocido pero muy ventajoso: pedir un crédito a través de una plataforma de crowdlending. En este caso, el dinero lo prestan inversores independientes que quiere rentabilizar sus ahorros, no una entidad financiera, y el tipo de interés aplicado depende de cada la plataforma. Normalmente, cuanto más alto sea el nivel de solvencia del solicitante, más barato será el precio del préstamo.
Para contratar estos créditos hay que pagar una comisión de apertura, que es la remuneración que recibe la plataforma, pero no es necesario adquirir ningún tipo de producto vinculado, lo que supone un ahorro importante a largo plazo. Actualmente, una de las plataformas que ofrece unas mejores condiciones de financiación es Zank, que permite conseguir hasta 10.000 euros a un interés mínimo del 6,91 % TAE.