Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de la constructora ACS, acepta la remodelación del estadio Santiago Bernabéu de forma descafeinada y avanza sin los elementos estrella de su proyecto original. El proyecto se hará sin casino, sin extensión al Paseo de la Castellana, sin ampliación del aparcamiento subterráneo, sin aumentar el aforo hasta los 88.000 espectadores y sin convertir el centro comercial de la esquina del Bernabéu en un hotel. En definitiva, la remodelación se queda en la mitad de lo planificado por el club. El único elemento emblemático que se mantiene, y confirma, es la cobertura total del estadio.
A diferencia de los fallidos proyectos de Distrito Castellana Norte o de Valdebebas, la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, no ha sido la principal culpable del parón o “revisión hasta la inviabilidad económica” --así han bautizado su proceder en el sector inmobiliario y financiero en Madrid--, sino una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que limitaba la reforma para preservar el interés público.
‘Floro’ y su buena relación con Carmena
Fuentes cercanas a ambos confirman que Florentino mantiene una buena relación con Carmena --“incluso la mejor de todos los grandes contratistas”, aseguran-- y la alcaldesa madrileña considera al Real Madrid un activo muy relevante de la ciudad. La inversión está garantizada con las finanzas del club y los distintos patrocinios, en especial el de Emirates.
No es la misma situación que atraviesa su contrincante clásico, el Barcelona. El club de la capital catalana tiene previsto también remodelar y ampliar el Camp Nou pero con una opción semi cubierta (no la totalidad del estadio como el Bernabéu). La inversión inicial prevista es de más de 350 millones de euros, pero puede verse comprometida por la falta de confianza de los patrocinadores catarís en la actual junta directiva del club.
Falta de recursos y definición para el Nou Camp
Su propio presidente, Josep Maria Bartomeu, aseguraba elíptico: “Es un proyecto del Barça en el que hemos puesto mucha ilusión y orgullo, y es un motor para la ciudad de Barcelona. Tenemos mucha labor por hacer y es un sueño para nosotros porque lo tenemos que hacer con el máximo rigor y responsabilidad”. O, a decir de miembros de la directiva menos entusiásticos, no sabe cómo financiarlo ni cuándo podrá llevarse a cabo.
Florentino, sin embargo, tiene claro que el arranque definitivo de su proyecto es el 2017 y está poniendo toda la presión sobre Carmena para no dilatar más el inicio de las obras.