Felip Massot, uno de los pocos amigos íntimos del expresidente de la Generalitat Artur Mas y persona considerada del sector negocios de CDC, ha aprovechado las vacaciones para completar una operación societaria que fortalece su negocio inmobiliario. El empresario se ha hecho con el control de Odeon Finances y ha integrado la actividad en el grupo Vertix.
Ambas compañías operarán por separado, indican fuentes del sector. El cambio en la propiedad se ha dado en los libros de la empresa. Felip Massot se ha quedado como administrador único de la sociedad y se han modificado los estatutos sociales para que la gestión directa de la misma recaiga en una única persona, según datos del Registro Mercantil. El capital social asciende a 16,3 millones.
Elena Massot, responsable de Vertix
La operación se consolidó a principios de mes y, poco después, accedió a la cúpula de Odeon Finances la hija del empresario, Elena Massot, consejera delegada de Vertix.
La ejecutiva lleva el timón del grupo inmobiliario que su padre fundó hace más de 45 años. Llegó a ser la segunda empresa del sector en Cataluña, pero el fin de la burbuja del ladrillo la dejó al borde de la quiebra y propició un severo plan de reestructuración que culminó a finales de 2013, con el concurso de acreedores de una sociedad que la familia tenía a medias con CatalunyaCaixa (en ese momento ya Sareb). Implicó el despido de casi la mitad de la plantilla y la cesión de los activos estrella a la banca acreedora.
Últimas operaciones de Vertix
Reducido el grupo, en los últimos años Vertix se ha especializado en buscar suelos a precios muy competitivos y en ejecutar promociones de menor tamaño y rentabilidad.
La última operación que Massot anunció fue la construcción de un apartotel y unas 70 casas unifamiliares en unos terrenos en Sitges (Barcelona) que habían adquirido justo antes de que explotara la burbuja.
50 millones de facturación
Vertix facturó en 2015 unos 50 millones de euros, una cifra que se queda lejos de las que había obtenido en la época dorada de la construcción en España, pero confirma que el grupo ha pasado página a las dificultades. En el momento álgido de actividad, la proximidad de Massot con CDC sembró dudas sobre la pulcritud de las recalificaciones urbanísticas que beneficiaban a suelos que había adquirido la firma, gran parte de ellos en el cinturón metropolitano de Barcelona, controlado en su mayoría por el PSC.
De hecho, Felip Massot llegó a ser investigado por haber comprado unos terrenos en el polígono industrial Mas Blau, al lado del aeropuerto de Barcelona-El Prat, que fueron recalificados en la época en la que Antoni Subirà ocupaba la consejería de Industria. El caso terminó archivado.