La Asociación Catalana de Dirección de Recursos Humanos (Aedipe Cataluña) se define como un organismo sin ánimo de lucro que agrupa a los profesionales que se dedican a actividades relacionadas con la dirección y la gestión de personas y los dota de “elementos de reflexión que les permitan mejorar su función”.
Aedipe Cataluña –antes Agrupación Catalana de la Asociación Española de Dirección de Personal— se creó hace 50 años y se registró como organismo en la Generalitat en julio de 2015. Fue entonces cuando cayeron en la cuenta de que el mandato de la junta directiva duraba ya 14 años, diez más de lo permitido.
A escondidas
Fuentes cercanas a la organización relatan a Crónica Global que el presidente de entonces fue quien se dio cuenta de que algunos miembros de aquella junta llevaban nueve años en el mandato; otros, 14 y, otros, 20. “La junta lo hacía todo a escondidas. Nunca llamaba a ningún asociado”, explica.
Cuando Aedipe Cataluña realizó el registro de la asociación en el Departamento de Justicia, el artículo 17.1 decía que los miembros de la junta directiva ejercían el cargo durante un periodo de cuatro años. Y añadía: “En todo caso, los miembros no podrán permanecer en su cargo por un periodo superior a ocho años”.
Sin periodo máximo
La Generalitat alertó a la organización de que debía modificar uno de los artículos para adaptarse a la Ley de Asociaciones Profesionales. “Así que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, registraron por segunda vez los estatutos y eliminaron el periodo máximo de ocho años de permanencia de la junta”, explican las mismas fuentes. “Dijeron que se presentó lo aprobado en la asamblea general de julio de 2015, pero no es así. No informaron al resto de la junta”.
Este verano se llevó a cabo “una convocatoria extraña” de elecciones. Se presentaron las mismas personas y las elecciones se realizaron “a finales de julio, a las 19:00 horas y con 23 asistentes, cuando tiene que ir como mínimo el 80% de los asociados”. La misma persona que explica a este medio el caso define la actitud de Aedipe como “la dictadura de las minorías”.