La vicepresidencia de Economía y Hacienda de la Generalitat de Cataluña ha anunciado que firmó el pasado 29 de julio el contrato para gestionar los servicios de tesorería de la institución con las dos únicas entidades que decidieron pujar por su gestión: Caixabank y BBVA. Las mismas que se han repartido históricamente este negocio del Govern.
Se trata de un contracto que estará vigente los próximos dos años con la posibilidad de prorrogarse a un tercero, cosa que suele ser habitual en la Administración. Está valorado en 1,5 millones de euros que se reparten en 625.000 euros en el ejercicio en curso y en 875.000 el próximo. En el caso que se prolongue hasta 2018, el coste ascenderá en otros 1,5 millones repartidos del mismo modo.
Tesorería centralizada
Se encargarán de prestar todos los servicios que sean necesarios para la tesorería corporativa de la Generalitat y las de entidades públicas asociadas. Se excluyen los servicios de recaudación de ingresos y de confirming, que se licitan parcialmente en otros concursos ya que también entra en juego el papel que ejerce la denominada hacienda catalana.
Se ha optado por este sistema de tesorería centralizada, denominado cash-pooling, desde la época del tripartito para ahorrar en costes financieros que se ha mantenido en las dos legislaturas de Artur Mas y que Oriol Junqueras, vicepresidente económico en el Ejecutivo de Junts pel Sí, ha mantenido.
Reparto del negocio
La adjudicación se había repartido originariamente entre Caixabank, CatalunyaCaixa y BBVA, pero la quiebra de la segunda y su posterior integración en el banco liderado por Francisco González modificó la distribución.
La entidad dirigida por Gonzalo Gortázar se queda con el 66,85% del negocio de la Generalitat y sus entidades públicas y el 33,15% restante al banco con sede en Madrid.