Banco Portugués de Investimento (BPI) se ha convertido en el gran reto para Caixabank. Gonzalo Gortázar, consejero delegado de la entidad con sede en Barcelona, recordó este viernes en la presentación de resultados semestrales que solo tomarán el control --ya tiene el 44,71% y quiere llegar como mínimo al 55%-- del grupo financiero luso si sus accionistas aceptan "eliminar o no los límites de los derechos de voto".
Fue la condición inicial que marcó el entonces presidente del banco, Isidro Fainé, para adquirir BPI y resolver la gran cuestión pendiente de su liderazgo: internacionalizar Caixabank. Pero la oferta pública de adquisición (OPA) que se lanzó hace más de un año está paralizada por el enfrentamiento que mantiene con la angoleña Isabel Dos Santos, segunda accionista de referencia con el mismo poder que el banco español en la toma de decisiones a pesar de controlar solo el 18% de los títulos del grupo.
OPA que se puede retirar
La asamblea de BPI decidió hace semanas prolongar la decisión final sobre la cuestión hasta el 9 de septiembre. A pesar de lanzar un mensaje conciliador --"el aplazamiento no es problemático", manifestó ante los medios-- Gortázar dejó claro que si la "condición no se cumple", Caixabank "retirará la oferta".
En cuanto a avanzar de nuevo posiciones con la compra ordinaria de títulos de BPI en el mercado, el consejero delegado recalcó que se trata de una "decisión estratégica" que "aún no se ha tomado".