Banco Popular prepara un ajuste de plantilla. El presidente de la entidad, Ángel Ron, dejó caer en la pasada junta de accionistas que la reestructuración era un proceso que estaba sobre la mesa tras ampliar capital y sanear el balance con 2.500 millones de euros y este jueves fuentes del sector han puesto una cifra al ajuste mediante un globo sonda en Expansión: eliminar hasta 3.000 empleos, casi el 20% de la plantilla actual.
Se espera que la cifra final se sitúe muy por debajo de este umbral y que incluya un programa de bajas incentivadas y prejubilaciones, algo que incluso los rumores iniciales contemplan. Con todo, los sindicatos del banco ya han mostrado su disconformidad tanto por la medida como por la forma de comunicarla.
Enfado de los sindicatos
Los representantes de CCOO, los más activos, aseguraron que por respecto a las personas que trabajan en el banco cualquier política de ajuste se debería tratar “debidamente” con el comité de empresa mediante un proceso “negociado y transparente”.
Señalaron que el convenio colectivo recoge cómo se debe abordar la cuestión y que existen suficientes experiencias previas en el sector para acometer el recorte “con garantías reales para la plantilla en una situación de esta complejidad”.
Reunión con la cúpula
Los portavoces oficiales del Popular también han hablado. En su caso, para asegurar que ni Ron ni nadie de su equipo han tomado ninguna decisión sobre un ajuste de plantilla. También han asegurado que la política del banco es “no comunicar información vía prensa, y menos sobre un tema como este”.
Pero el mal ya estaba hecho. CCOO ha exigido una reunión con la cúpula de la entidad. Pide que se celebre de forma inmediata y que en ella la dirección cumpla con el “requerimiento mínimo de información a los representantes de los trabajadores”. Además de los despidos, si el ajuste se enfoca según los términos del globo sonda implicará el cierre de parte de las 1.900 oficinas que forman parte de la red.
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