Fitch confirmó este lunes que la deuda pública de Cataluña está al borde del bono basura. La agencia de calificación internacional ha confirmado el rating BB con perspectiva negativa por la incertidumbre política tras el anuncio de la moción de confianza del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la falta de acuerdo con la CUP para dar luz verde a los presupuestos.
Según los estándares del grupo, los bonos catalanes ya no son considerados como una inversión sino como una “especulación de riesgo”.
Apoyo económico del Estado
Fitch remarca que el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) ayudará a la comunidad a hacer frente a la deuda que arrastra este 2016, un mecanismo al que no podría acceder ante una eventual separación “abrupta” de España según la valoración de la agencia. La retirada del apoyo económico del Estado a medio plazo revertiría en las arcas catalanas y en una creciente deuda con riesgo de liquidez.
A la incertidumbre del Ejecutivo de Puigdemont, la agencia suma que el Gobierno central continúe en funciones. Considera que el futuro político de Cataluña no se despejará hasta que no empiece la legislatura en Madrid.
Condiciones de la revisión
La agencia de calificación indica que seguirá de cerca los acontecimientos en Cataluña y advierte de que puede rebajar el rating si el apoyo de liquidez del Estado se debilita. Eso sí, si el entorno político se normaliza afirma que podrá restaurar la calificación BBB- para la comunidad.
Esta valoración es la última del grado que se considera inversión. Bajo, pero suficiente para que los mercados lo tengan en cuenta ante una eventual operación de financiación.