Las fuertes pérdidas que han tenido los inversores en el viernes negro, en torno al 12% en el Ibex 35, como consecuencia de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) tras le celebración del referéndum sobre su permanencia, pone de relieve la importancia de no cometer errores de bulto en las operaciones de renta variable. Cualquier desliz, como en este caso, puede llevarse muchos euros por el camino, y quizás más de los que pueden asumir los minoristas. No en vano, es de su dinero de lo que se trata. Y que se ha reflejado, no solamente en la bolsa, sino en otros productos vinculados a su evolución (fondos de inversión, planes de pensión, etc.).
Una de las claves para invertir los ahorros en la bolsa es cometer los menos errores posibles. Es uno de los caminos más seguros que tienen las economías domésticas para lograr sus objetivos, que no son otros que rentabilizar su capital invertido. Cualquier desviación de estos objetivos puede tener unos efectos perniciosos sobre sus bolsillos, tal y como se ha podido constatar con la decisión de los ciudadanos británicos de abandonar las instituciones comunitarias. Hasta el punto que puedan plantearse si se han equivocado en su estrategia, ha sido tan solo mala suerte o quizás falta de previsión.
Si los ahorradores no desean pasar por este duro trance, no les quedará más remedio que identificar cuáles son los errores más comunes que han cometido en la renta variable para no volverlo a repetir a partir de estos momentos. Un poco de información, algo de disciplina en sus actuaciones, y sobre todo mucha sensatez serán las herramientas que dispongan para limitar estos movimientos no deseados en los mercados financieros.
1. Tomar posiciones en momentos de gran inestabilidad
Una de las causas que hacen desarrollar pésimas operaciones se produce cuando las condiciones del mercado no son las más idóneas para entrar. Aparecen cuando hay muchas incertidumbres por despejar o sencillamente se generan escenarios de enorme volatilidad como consecuencia de las dudas económicas, y hasta políticas que invaden a los mercados de renta variable. Es cierto que puede obtenerse fuertes plusvalías en estos escenarios, pero normalmente los índices bursátiles reflejan una tendencia bajista impulsada por estas circunstancias. En estos casos, lo más aconsejable es esperar a que los mercados se definan para tomar la decisión correcta sobre qué hacer con nuestros ahorros.
2. Comprar acciones al romper los soportes
No hay peor estrategia que operar en empresas que han roto sus soportes en la evolución de sus precios. Cada vez que sucede este movimiento bursátil, por otro lado con cierta frecuencia, sus acciones inician un recorrido bajista de gran calado, que puede llevarlas a buscar nuevos niveles detención que detenga sus caídas. En la práctica supone desviaciones por encima del 10% de su cotización. Bajo ninguna circunstancia deberán realizarse estas operaciones, ya que los ahorradores tendrán todas las papeletas para dejarse una buena parte de sus aportaciones por el camino, aunque sea a corto plazo.
3. No informarse de las operaciones
Otra equivocación que suelen cometer los inversores menos experimentados es inclinarse por empresas de las que tienen poca o nula información. No saben nada sobre el estado de sus cuentas empresariales, si tienen deudas o no, y hasta en muchos casos a que líneas de negocio se dedican. A medida que las empresas cotizadas son de pequeña capitalización se ahonda mucho más en este error. Y que llevan a que no haya mucho para conformar la cartera de inversión. Con un resultado completamente impredecible para sus intereses como accionista.
4. Seleccionar las peores situaciones
Ni que decir tiene que la oportunidad en bolsa es una de las claves más objetivas para canalizar con mayores garantías de éxito las inversiones. No puede tomarse posiciones en cualquier momento, ni situación. Sino en la ocasión apropiada, aunque no siempre sea fácil de aplicar esta estrategia. Un valor sobrecomprado, procesos electorales próximos que puedan influir en el comportamiento de la bolsa o cualquier mal resultado en sus cuentas empresariales deben evitarse para no llevarse más de un susto en las siguientes sesiones bursátiles.
5. Sin elegir correctamente la permanencia
Una de las primeras medidas que deberán tomarse es definir su plazo de permanencia: corto, medio o largo. Sí no es así, probablemente tengan más de un problema para canalizar con éxito sus ventas. Hasta el punto que puedan formalizar pésimas operaciones como consecuencia de la necesidad de dotarse de liquidez ante algún gasto imprevisto (obligaciones fiscales, reforma del hogar o el pago de sus hipotecas). Y en otros casos bien diferentes, dejándose las mejores oportunidades por no deshacer sus posiciones en renta variable.
6. No comprar a los niveles adecuados
Los mercados bursátiles son muy dinámicos, y como fruto de esta característica hay que aprovechar los mejores cambios para formalizar las compras. Para ello, nunca deben ejecutarse las órdenes a precio de mercado. Es un grave error si la inversión va destinada al medio, y sobre todo corto plazo. Sino por el contrario, dando unos niveles de compra muy bien definidos, y que sean los más interesantes para cada momento, en función de la evolución de los mercados.
7. Optar por valores poco líquidos
Seguramente estén dando alguna señal de entrada, pero son muy complicados para operar. Son muy pocos los títulos que se intercambian en los parqués. Ante este escenario, surgen demasiados problemas para venderlos. Fundamentalmente porque no hay compradores, y se traslada a ventas con un precio por debajo de los planteados inicialmente, como fórmula para no quedarse enganchado durante mucho tiempo.