Alrededor de un 30% de puntos de recarga de vehículos eléctricos en España no funcionan. Así lo estima la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), que asegura que "de 1.000 enchufes públicos, 300 no funcionan". A la hora de comprar un coche sin gasolina ni diésel suelen ser varias las dudas que surgen. ¿Son más caros que un automóvil convencional? ¿Cuántos quilómetros se pueden recorrer sin enchufarlos?
A esto hay que añadir las carencias de las infraestructuras necesarias para utilizarlos. Las subvenciones públicas destinadas a impulsar los vehículos híbridos y eléctricos se han materializado en ayudas a los compradores y en la instalación de puntos de recarga. Su mantenimiento, sin embargo, ha quedado olvidado.
“Al principio, la tecnología no se conocía demasiado, y se centraron todos los esfuerzos en instalarlos”, asegura Oriol Montserrat, ingeniero industrial responsable de vehículos eléctricos en Inkoo Engineering, una empresa que establece puntos de recarga.
Más usuarios, más problemas
Esta falta de conservación de las infraestructuras afecta a cerca del 30% de los enchufes públicos, según Anfac. La mayoría de ellos están situados en grandes ciudades. Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao y Valencia son las que más concentran estos puntos de recarga inservibles. Ahora, se trabaja en las licitaciones para gestionar el mantenimiento.
Con el aumento exponencial de las ventas de automóviles de este tipo y, por tanto, de los usuarios de los puntos de recarga, han llegado los problemas. Según datos de Anfac, el mercado de vehículos eléctricos ha crecido casi el 150% en los primeros seis meses del año. De enero a junio se han vendido 2.356 unidades en toda España, cifra que supera el total de compras de 2015.
La alternativa: enchufes privados
Esta tendencia al alza se repite desde hace unos meses, y es que el punto de partida es casi cero. Aun así, solo representa el 0,2% del total de ventas de coches. La alternativa a los puntos de recarga situados en calles y carreteras es la instalación de enchufes en garajes privados y casas. Normalmente, quien tiene un coche eléctrico, tiene un punto de recarga. Así lo indican desde Anfac. El precio total es de unos 1.200 euros.
Hasta ocho horas puede tardar en recuperar el total de la energía, en el caso de las recargas lentas. Las infraestructuras situadas en espacios públicos posibilitan un repostaje mucho más rápido: en 30 minutos se puede recuperar el 80% de la electricidad. Montserrat destaca la facilidad de obtener un enchufe en casa: “Solo se tiene que avisar a la comunidad de propietarios”.
En cambio, las grandes superficies lo tienen más complicado para ofrecer este servicio a sus clientes. La ley les obliga a convertirse en gestores de carga, que son las únicas sociedades mercantiles que pueden suministrar energía eléctrica para recargar vehículos. Para facilitar el proceso, consideran desde Anfac, “se tendría que cambiar la ley, porque frena a muchos establecimientos”.
Falta de continuidad en las ayudas
El plan Movea del gobierno central destinó 16,6 millones de euros a ayudas en la compra de vehículos de energías alternativas e infraestructuras de recarga. “En mayo ya se habían acabado y la lista de espera era muy larga; lo que se necesita es continuidad en las subvenciones”, afirma Montserrat.
En la misma línea, en Anfac creen que “lo que hace falta es que estos planes sean plurianuales, enfocados a medio plazo”. En Cataluña, la comunidad con más puntos de recarga, el plan Pirvec prevé en tres años la instalación de 21.000 más entre públicos y privados. El mantenimiento de éstos queda, una vez más, obviado.