El caos de Vueling provoca la pérdida de la paciencia y las formas de los usuarios. Los trabajadores del aeropuerto piden refuerzos y más seguridad ante las agresiones (físicas y verbales) que reciben de algunos pasajeros indignados con las cancelaciones, retrasos y overbooking de la compañía aérea. Reclaman, en concreto, 50 trabajadores más para las operaciones de los turnos de mediodía y noche --los que sufren más saturación--, y mayor presencia de Guardia Civil, Mossos d’Esquadra y seguridad privada correspondiente.
El comité de empresa de Iberia en el aeropuerto de Barcelona se reunirá este martes, 5 de julio, con la dirección de la compañía para exigir una actuación eficaz que evite nuevos ataques de viajeros molestos con el servicio de la aerolínea de bajo coste. Planteará, por todo ello, la convocatoria de movilizaciones durante el verano, y exigirá soluciones a Iberia Hadnling, Vueling y Aena.
Insultos en la operación salida
Aunque distan de ser habituales, los empleados de handling del aeropuerto, especialmente los que se ubican en la zona de embarque y venta de billetes, han sufrido todo tipo de agresiones en los últimos meses. Desde manotazos, hasta agarrones del brazo, pasando por algún puñetazo y puntapié. Los ánimos están calientes con el caos de la operación salida, si bien los incidentes registrados en estos primeros días de julio se limitan a ataques verbales, según explican fuentes del comité de empresa de Iberia.
El origen de todo ello, como explicó Crónica Global, es la sobredimensión de la oferta, que terminó con el despido de una ejecutiva que se negó a aceptar la nueva situación. Desde Vueling, en cambio, culpan al expresidente Álex Cruz y a la huelga de controladores franceses. La cuestión es que los empleados defienden que son simples intermediarios entre la aerolínea y el cliente --trabajan para otras compañías--, y que pagan las consecuencias de una mala gestión de la cúpula de la compañía.
Dos denuncias
Los trabajadores tienen un protocolo con los Mossos d’Esquadra, ante quienes pueden denunciar a los agresores. La Policía investiga y, si hay atestado, se produce la condena. En los últimos meses se han registrado dos denuncias por agresión, a la espera de las sentencias correspondientes.