¿Qué pasa en Vueling? La aerolínea española ha implosionado tras cancelar seis vuelos el lunes y más de 30 el martes, además de castigar a los pasajeros con retrasos y aviones con overbooking que expulsan a viajeros con billete. La compañía aérea con sede en el polígono Mas Blau (Barcelona) se retuerce de dolor acuciada por una planificación de verano desastrosa, sindicatos beligerantes y factores externos que escapan de la gestión de la cúpula directiva.
Expertos consultados por Crónica Global apuntan a problemas de fondo. "Vueling planificó mal el verano. Programó 400 rutas para 'vender' una cifra redonda, por 360 el pasado año. La cantidad era demasiado para la aerolínea, que con 108 aeronaves y el personal actual es incapaz de nutrir todas esas conexiones", explica un profesional.
El error en la hoja de ruta costó la cabeza de la directora de Programación de Pilotos, como avanzó este diario. Su puesto aún no ha sido cubierto.
Además, la excesiva ambición de la operadora sublevó a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). El organismo tumbó la primera propuesta de programación de verano de Vueling, obligando a rectificarla.
Directivos inermes
La estrategia errónea, que ha tensionado los recursos de la aerolínea, es atribuible a tres directivos. El consejero delegado y presidente, Javier Sánchez-Prieto, el nuevo director comercial, David García Blancas --un profesional con mala prensa en el sector-- y el jefe de Recursos Humanos, Cristian Rodríguez-Ferrera.
El nuevo CEO y presidente tomó posesión el 1 de abril, y se encontró un plan de verano mal diseñado por un Álex Cruz de salida a British Airways y, sobre todo, por Fernando Val. Los expertos coinciden en que el nuevo director general de Producción de Air Arabia --salió de Vueling en enero-- jugó un papel clave en pergeñar el mal estío de su ya exempresa.
"El verano estaba mal diseñado, cierto. Pero el nuevo equipo empezó el 1 de abril y no supo reaccionar. Mayo y junio fueron desastrosos", apostilla un empleado.
Personal atornillado...
En este puzzle desencajado, la figura de Rodríguez-Ferrera destaca. "La gestión de los Recursos Humanos de Vueling es muy peculiar. Se les exige todo. Parece un fondo buitre", explican fuentes internas de la compañía.
En este sentido, tal como informa hoy este diario, los pilotos han dado un ultimátum a la compañía aérea para que rectifique la programación de verano.
Por su parte, el nuevo director general comercial, que reporta al consejero delegado, es directamente responsable por la polémica política de atención al pasajero. Vueling opta por reducir los canales e interaccionar al mínimo con sus clientes, lo que les enfurece aún más si hay incidencias.
...y escasa formación
En la base de la pirámide de la empresa la situación no es mejor. La filial del grupo International Consolidated Airlines Group (IAG), grupo aeronáutico de Iberia y British Airways, anunció la contratación de 600 personas para su crecimiento de verano.
"No llegarán a tiempo. El personal se contrató demasiado tarde y no se habrá formado hasta julio. Para entonces la campaña estival ya habrá empezado", sostienen fuentes del sindicato de pilotos Sepla.
¿Una huelga encubierta?
Precisamente, otras fuentes cargan contra los representantes de los trabajadores por el caos de los últimos días. "Están de huelga encubierta para ganar fuerza de cara a la negociación", indica un profesional del sector aeronáutico.
La negociación que cita el experto no es otra que el segundo convenio de las tripulaciones de cabina --cuya aprobación naufragó en 2015-- y la vulneración del convenio de pilotos en las bases de Francia e Italia.
Francia da la puntilla
En este contexto, el "problema operativo" que admite la compañía se agrava por dos factores que escapan de su control. Por un lado, la huelga de controladores franceses. "El espacio aéreo galo llega hasta el norte de Barcelona", se defiende un portavoz de Vueling.
La aerolínea está particularmente expuesta a los paros por su estructura de negocio. Vueling es líder en las conexiones entre España y Francia, por lo que paga una factura más elevada por las protestas de los custodios aéreos franceses.
Por el otro, la operadora lidia con el previsible récord turístico que España se anotará en 2016. "La aerolínea tiene un 40% de cuota de mercado en el aeropuerto de Barcelona, el mayor destino urbano en España. En la Terminal 1 es del 55%. Un puñado de cancelaciones, por pequeño que sea, genera colas muy vistosas", concluye otro profesional.