La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) será la primera institución en notar los efectos del Brexit. La Comisión Europea ha puesto en marcha este lunes el plan para trasladar desde Londres a una ciudad continental la sede del regulador que, entre otros, ejecuta las pruebas de estrés a la banca.

París y Fráncfort se postulan como las plazas preferidas para tomar el relevo a la City, aunque Milán ha movido ficha para entrar en la terna. Ganará quien ofrezca el mejor edificio para acoger a los 159 empleados de la EBA.

Minimizar el impacto

Bruselas aún no ha hecho público el calendario del traslado. Se ha limitado a señalar que se ejecutará “pronto”, en línea a la intención del Gobierno de la UE de separarse de Reino Unido de forma rápida para minimizar las consecuencias económicas.

El presidente del regulador bancario, Andrea Enria, ya avisó que en el caso de que triunfara el Brexit debían desplazarse hasta la Unión Europea.

Es el primer golpe a la industria financiera británica, que da trabajo a 2,2 millones de personas entre los que se incluye el 90% de la plantilla europea de bancos de inversión norteamericanos y casi el 78% de la actividad de los mercados de capitales del resto de países de la UE.