La salida de Reino Unido de la UE tendrá repercusión sobre las islas británicas convertidas en paraíso fiscal. Hasta ahora, la pertenencia de este país al club europeo ha beneficiado a estos territorios pero ¿se verán mermado ese tráfico de capitales?

Esaú Alarcón, profesor de Derecho Tributario, explica a Crónica Global que, en efecto, “a las islas británicas que han gozado de la condición de paraíso fiscal les ha ido muy bien pertenecer a la UE”, aunque “conociendo la doble moral tradicional de los británicos, alguna cosa se inventarán para seguir teniendo sus chiringuitos tax free. Me refiero a los ricos, claro”.

Gibraltar, según el experto, “va a ser el mayor perjudicado a no ser que nosotros seamos tan tontos de flexibilizar la frontera, lo cual sería un (nuevo) error histórico de nuestros gobernantes. Se acabó el paraíso fiscal intracomunitario”.

Patentes 

El fiscalista también cuestiona que Irlanda del Norte “pueda sobrevivir con un impuesto de sociedades del 12,5% fuera de la UE”. Hace unos meses, Londres aprobó la transferencia del impuesto de sociedades a Belfast para que esta región del Reino Unido pudiera competir fiscalmente con su vecina Irlanda, cuyas empresas tributan a ese tipo, y que el año pasado redujo este impuesto al 6,25% para los beneficios derivados de las patentes y propiedad intelectual de empresas tecnológicas o farmacéuticas.

Alarcón cree que era muy previsible que la libra y el euro iban a sufrir “y a esta hora ya lo están haciendo. También estaba claro que las bolsas iban a caer y así ha sido”. Los países con una balanza comercial muy intensa con el Reino Unido, como es el caso de España, “lo van a sufrir, pero lo cierto es que ni Europa ni Gran Bretaña tienen como principales clientes al uno y al otro, con lo que yo no soy muy catastrofista a corto plazo”.

Cambios políticos

Por el contrario, el profesor de Derecho Tributario augura más tensiones para “la banca británica, el mercado del arte y las empresas del juego, que vivían muy bien dentro de la UE”.

A medio plazo “yo creo que los cambios económicos pueden provenir de los cambios políticos. Esto va a tener un efecto contagio y va a hacer que otros países se apunten al euroescepticismo, además de dar alas a los independentistas. Por ahí, se pueden generar consecuencias económicas graves pero entramos en un terreno de hipótesis”.