Más de dos mil millones de euros, concretamente 2.330. Ese fue el importe de los créditos al consumo concedidos durante el pasado mes de abril a los hogares españoles, un incremento del 48 % interanual. La cifra más elevada desde mayo de 2010, cuando el importe de las nuevas operaciones ascendió hasta los 2.665 millones de euros, según los datos aportados por el Banco de España.
Parece que la demanda de financiación vuelve a tener respuesta tras varios años de sequía. En 2012 el importe total anual fue de 12.811 millones, el más bajo de los últimos cinco años y algo menos del doble de lo que ya se ha prestado en el primer cuatrimestre del año. El aumento de la oferta está permitiendo a los españoles volver a entrar en el circuito oficial del crédito. Pero desde el comparador bancario helpMyCash.com señalan que el acceso a la financiación debe hacerse con prudencia y siendo plenamente conscientes del tipo de producto que nos ofertan y de qué tipo de préstamos podríamos llegar a conseguir.
“No solo hay que leerse atentamente la letra pequeña del contrato y no dejarse llevar por la primera oferta que nos planteen, sino que es necesario comparar para hacerse una idea de cuál es la tendencia que está guiando al mercado”, señalan desde el comparador. Pero, ¿cómo debería ser el préstamo ideal?
1. Tipo de interés bajo para no pagar de más
El tipo de interés medio ponderado de los créditos al consumo concedidos en abril fue del 7,52 %. La TAE, por su parte, bajó hasta el 8,10 %, algo no visto desde junio de 2012. De ahí que si vamos en busca del préstamo personal perfecto, deberíamos intentar firmar un tipo de interés y una TAE que no superen las cifras anteriores, para no acabar pagando de más. No olvidemos que se trata del coste medio, por lo que hay productos con precios inferiores.
El ranking de los mejores préstamos personales de junio lo lidera el Crédito Proyecto de Cofidis con un TIN de partida del 4,95 % y una TAE desde el 5,06 %, seguido del Préstamo Ahora Tú de Liberbank al 4,95 % TIN (5,95 % TAE) y del Préstamo Naranja de ING Direct al 5,95 % TIN (6,11 % TAE), todos ellos por debajo de la media.
Si bien el tipo de interés no lo es todo a la hora de calcular el coste de la financiación y debe equilibrarse con las comisiones, ya que un préstamo al 0 % podría acabar siendo más caro que otro al 4 o 5 % si las comisiones fuesen elevadas, lo cierto es que cuanto menores sean los intereses devengados por el dinero prestado, mejor. Un ejemplo: un crédito al 5 % de interés, pagadero en cuotas mensuales, con un plazo de 3 años y un principal de 5.000 euros tendrá un coste final de 394,75 euros en concepto de intereses. El mismo préstamo con un TIN del 10 % dispararía el coste hasta los 808,07 euros.
2. Sin comisiones de apertura
Las temidas comisiones también afectan al precio de los préstamos. Los gastos de apertura pueden suponer un desembolso inicial considerable, de varios cientos de euros en según qué casos. Por lo que lo ideal sería evitar esta comisión, acudiendo a un banco que no aplicase este sobrecoste sobre sus préstamos.
3. Amortización anticipada gratis
Si nuestro préstamo ideal no debería tener comisión de apertura, tampoco debería incluir la de amortización anticipada. La normativa actual establece que para los créditos al consumo sujetos a la Ley 16/2011, la comisión a favor de la entidad por reembolsar anticipadamente una parte o la totalidad del préstamo será de como máximo el 1 % del importe devuelto cuando el plazo restante sea superior a un año y no superará el 0,5 % cuando sea inferior, siempre que la cancelación se produzca en un período en el que el tipo deudor sea fijo.
No obstante, se pueden encontrar préstamos que no aplican esta comisión. Así, si en algún momento durante la vida del préstamo disponemos de un capital extra y podemos realizar una aportación extraordinaria, ahorraremos dinero: primero, porque la parte del principal que devolvamos anticipadamente ya no generará intereses en el futuro, y, segundo, porque no tendremos que pagar la comisión por anticipar el dinero.
4. Escasa vinculación
Por lo general, la banca suele compensar sus ofertas de tipos de interés bajos exigiendo al cliente cierta vinculación, instrumentalizada normalmente mediante la suscripción de seguros, la domiciliación de la nómina o el uso de las tarjetas de la propia entidad. Debemos diferenciar entre vinculación con coste, como por ejemplo los seguros, y sin coste, como pueda ser domiciliar la nómina. Teniendo en cuenta que actualmente es posible contratar préstamos personales sin vinculación y sin seguros, no deberíamos aceptar más de una póliza y, si procede, domiciliar la nómina.
Entidades como Cofidis, Cetelem o ING Direct no exigen ningún tipo de vinculación y otras como Uno-e u Openbank no requieren que el cliente contrate ningún seguro.
5. Cuenta asociada sin coste
Por último, no hay que olvidar que en el momento de solicitar un préstamo, salvo que lo hagamos en un establecimiento privado de crédito, el banco nos obligará a abrir una cuenta en la que se domiciliarán las letras del crédito. Si la única función de la cuenta va a ser pagar el préstamo, deberíamos exigir que fuese gratuita, para no tener que pagar de más. El mantenimiento de una cuenta corriente puede ser de varias decenas de euros al año, por lo que si lo podemos evitar, mucho mejor. Sobre todo si, además, nos exigen domiciliar la nómina.