La empresa familiar radicada en Zaragoza es la empresa más pequeña de los operadores españoles tanto de capital nacional como multinacional, integrados en la asociación Cerveceros de España.
La Zaragozana es una cervecera muy pequeña con menos de un millón de hectólitros de producción y una cuota por debajo del 2% a nivel nacional, ya que su implantación es puramente local en la comunidad aragonesa.
Aventura catalana
La aventura de recuperar la marca barcelonesa de su abuelo francés, Louis Moritz, hace unos 10 años les ha supuesto unas perdidas acumuladas de mas de 30 millones de euros y se come un porcentaje muy elevado del beneficio de todo el grupo.
Uno de los hermanos propietarios, Jorge Roehrich, responsable de Moritz y con su residencia familiar en Barcelona, no ha aceptado la desaceleración del proyecto de cerveza barcelonesa y quería mantener el ritmo inversor de los últimos años, pese a la caída de ventas de la marca y las persistentes pérdidas.
Plan de austeridad para recuperar pérdidas
Esto ha supuesto la ruptura del negocio familiar. El hermano de Zaragoza, Daniel Roehrich, retiene el control de la marca Moritz y aplicará un plan de austeridad y un duro reajuste de personal y de promoción para llevar la marca a la estabilidad económica y evitar abundar en el quebranto económico. Jorge Roehrich, por su parte, se queda con los negocios de restauración, El Velódromo, la Fabrica Moritz y otros.
Fuentes internas de la compañía sostienen que lo sucedido es una división puramente desde la perspectiva de gestión, aunque las relaciones se han tensado mucho hasta el punto de que la marca Moritz tiene que pagar alquiler de los espacios para organizar eventos en la fábrica Moritz, y se esta discutiendo el alquiler de las oficinas de Moritz en el piso superior.
¿Un proyecto ganador?
Antiguos gestores de Moritz reconocen que Jorge Roehrich está convencido de que Moritz es un proyecto ganador y que estaría pensando en hacer una oferta a la familia para quedarse con la cerveza barcelonesa y desarrollar la marca en total libertad.
Esto contrasta con la visión de fuentes internas de la empresa en Zaragoza que consideran el proyecto un capricho del hermano barcelonés y además creen que se ha ido demasiado lejos en inversión. Las mismas fuentes contraponen que la cultura conservadora y austera de perfil bajo de La Zaragozana, que ha sido un modelo de éxito durante años, contrasta con la mala gestión, el despilfarro, la politización de su operación en Barcelona y todos parecen coincidir en una mala percepción empresarial sobre Jorge Roehrich, el miembro de la familia que durante años asoció Moritz con el soberanismo catalán.