La asamblea de Foment del Treball ratificó este lunes las “normas de funcionamiento de las organizaciones confederadas para avanzar hacia la ética y la transparencia”, tal y como anunció su presidente, Joaquim Gay de Montellà, en la previa a la reunión de los asociados.
Un documento de seis puntos cuya votación fue más simbólica que práctica, ya que la junta directiva aprobó el compliance a principios de abril, tal y como avanzó Crónica Global, “por tres votos en contra y tres abstenciones de 90 miembros”. Sirvió para dejar claro lo serio que se toma la cúpula de la entidad la guerra con el patrón rebelde.
La decisión de Cecot
Ahora, con el apoyo de la mayoría de los asociados --no solo de la dirección--, Gay de Montellà podrá forzar a la Confederación Empresarial Comarcal de Terrassa (Cecot), que preside el dirigente nacionalista catalán Antoni Abad, a decidir si sale de su ámbito de referencia o no.
No está previsto que Abad se arrugue, indican fuentes de su entorno. La patronal de Terrassa trabaja hasta ahora para organizar su encuentro anual con los empresarios a los que da servicios en Barcelona. Sería el tercer año consecutivo que llevaría su Noche empresarial a la capital, aunque, tal y como recordó Gay de Montellà, la convocatoria del evento aún no se ha oficializado.
Fuera de Foment y CEOE
Queda tiempo para ello. Cecot suele celebrar su encuentro empresarial en el cuarto trimestre, por lo que Abad podrá valorar a lo largo de todo el verano si cumple con el código ético o prefiere desmarcarse de Foment --y de CEOE-- e iniciar una aventura en solitario.
Este escenario pasaría por constituirse como patronal autonómica si cumple con los requisitos que marca la Generalitat. La proximidad entre Abad y el Gobierno de Junts pel Sí (especialmente CDC, partido en el que militó) facilita este camino, añaden los mismos interlocutores. De hecho, el propio vicepresidente económico catalán, Oriol Junqueras, contó con Cecot como otra patronal representativa del territorio la semana pasada para presentarle su frustrado proyecto presupuestario para 2016.
Pérdida de poder
Eso sí, añadiría tensión a la guerra por repartirse las sillas para representar la voz de los empresarios en la concertación social y la negociación de convenios colectivos, una distribución que se hace en fucnión del peso de la organización. Foment del Treball, Fepime y Pimec libran una batalla empresarial con marcado perfil político.
La otra alternativa de Abad sería transformar Cecot en un lobby, algo que los círculos patronales descartan por la pérdida de poder que representaría.
Aún dispone de meses para escenificar su decisión.