Los planes de recuperación del atún rojo en el Mediterráneo han alcanzado sus objetivos. Cada vez hay más, su popularidad sube y los precios también. España podrá pescar hasta 3.500 toneladas de esta especie en 2016. Esto supone casi el 20% de incremento respecto al año anterior. La protección de este tipo de atún, de carne más grasa que la de otras especies, ha hecho aumentar su presencia en las zonas mediterránea y atlántica, por lo que las cuotas de captura ahora son cada vez mayores.
El 25 de mayo empezó la campaña de pesca de atún rojo para el grupo Balfegó, la empresa que más barcos con licencia tiene y, por tanto, la que tiene más participación en el cupo. El año pasado capturó un total de 1.380 toneladas, de las que exportó el 85%.
Y es que el mercado internacional es el más potente en materia de atún rojo. Japón es el país que más lo consume y lo compra en Cataluña. Es precisamente la popularización de la cocina nipona en España, y en especial del sushi y el sashimi, lo que ha motivado, en buena parte, la revalorización del producto en el territorio. EEUU es otro de los países que compran más atún rojo pescado en Cataluña.
Guerra de cuotas
Pero no todos están satisfechos con los kilos que pueden capturar. Las pesquerías de Castellón, Almería y las Islas Canarias han empezado en los últimos meses a exigir más cuota para las modalidades de pesca que practican en cada zona. Coinciden en pedir parte del cupo catalán, por ser este el más alto. "Ha nacido una envidia malsana en otras pesquerías, que presionan a las fuerzas políticas para que cambien las cuotas", explica Juan Serrano, director general del grupo Balfegó.
En 2008 se repartió la pesca de atún rojo entre los censados en esta especie como parte del plan de recuperación. El criterio seguido fue, por tanto, el derecho histórico de cada pesquería. Esta restricción, más dura que las anteriores, suponía para los catalanes una reducción del 40% al actual 28% de la cuota.
¿Especie en peligro de extinción?
El programa de protección estuvo a punto de ir más lejos en 2010, cuando se consideraba a la especie en peligro de extinción. Se contempló entonces prohibir la exportación de atún rojo, pero la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), lo desestimó.
Uno de los defensores principales de la propuesta fue Sergi Tudela, en aquel momento jefe de pesquerías mediterráneas de la organización de conservación de la naturaleza WWF. Actualmente, Tudela es director general de Pesca y Asuntos Marítimos de la Generalitat.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que elabora la lista roja de especies amenazadas, incluye todavía el atún rojo en esta categoría pese a la recuperación de los últimos años.
El atún elitista
Las especies de atún ofrecen características muy distintas entre sí. La variedad conocida como atún rojo es una de las más valoradas. Hasta 400 kilos puede llegar a pesar un ejemplar, e incluso superarlos. Balfegó pesca al cerco, es decir, captura el pez y lo mantiene vivo hasta que recupera la grasa que ha perdido durante la puesta de huevos. El ejemplar medio de la compañía se vendió el año pasado a unos 40 euros al kilo.
En los supermercados españoles no se puede encontrar atún rojo. La misma empresa catalana, establecida en la Ametlla de Mar (Tarragona), centra su venta en la restauración. Según Juan Serrano, falta educar a la población para valorar el producto y una mejora del etiquetaje para que indique de qué variedad se trata. Entonces, puede que el atún rojo llegue a las pescaderías de los supermercados.