Marian Puig dejará de ser el presidente BCN Global, el lobby de empresarios y emprendedores que se ha hecho un nombre al tomar la bandera de la modernidad y las nuevas prácticas ejecutivas en la capital catalana. Pero el relevo del ejecutivo el grupo Isdin no será exactamente una muestra de la renovación en la forma de hacer lobby de la organización. Un dedazo interno permitirá que el abogado miembro de la familia Rodés se haga con el control de esta organización de carácter local. Mientras BCN Global predica la transparencia y la renovación en los usos y costumbres de asociaciones e instituciones, en su caso prefiere usar el tradicional método de la designación directa.
La asamblea que reunirá a los casi 500 miembros deberá ratificar el próximo 7 de julio el nombre que ya ha sido elegido por la junta directiva: Gonzalo Rodés. El hasta ahora vicepresidente será propuesto formalmente un poco antes del encuentro empresarial, el día 20 de junio.
Miembros de la cúpula
Forman parte de la cúpula directiva perfiles de todo tipo. Desde ejecutivos como Josep Martínez Vila, de Saba, o Jürgen Stackmann, de Volkswagen, a representantes del sector financiero tradicional, como Tomás Muniesa, de La Caixa, o de las nuevas formas de movilizar capital como Josep Lluis Santfeliu de Ysos Capital o Lluís Seguí de Miura Private Equity. La nota de modernidad la pone, por ejemplo, Ricard Robles de Sónar o Miguel Vicente, emprendedor integrado ahora en Antai Business Angels.
Comparten directiva Anna María Birulés (ABS), Ainhoa Grandes (Fundació MACBA) y Maria Reig (Reig Capital).
Presidencias anteriores
Rodés está integrado desde hace tiempo en la organización, cuyo principal logro fue crear y movilizar la marca Barcelona. Igual que todos los antecesores, solo estará dos años en el cargo. Los estatutos permiten ocupar la presidencia de BCN Global el doble de tiempo, pero hasta ahora nadie lo ha hecho.
El letrado Emilio Cuatrecasas fue el primer máximo ejecutivo del lobby. Pasó el testigo a Marian Puig y ahora Rodés asumirá la responsabilidad. Siempre se ha seguido la misma liturgia: la junta propone y la asamblea ratifica, sin votación.
Fuentes de la organización explican que el cargo no es remunerado.