El consejero financiero y director del departamento de Asuntos Monetarios y Mercados de Capital de Fondo Monetario Internacional (FMI), José Viñals, pidió este viernes desde la XXXII Reunión del Círculo de Economía de Sitges (Barcelona) que la banca europea inicie sin demora un proceso de simplificación y concentración. Lo motiva que el “30% de los activos están controlados por entidades con ajustes muy difíciles pendientes de abordar”.
Eso se traduce en “más de 10 billones de euros en su versión más conservadora” que se debe abordar porque pone en riesgo todo el sistema. Viñals hizo un símil futbolístico para explicar el problema de sobrebancarización de la zona euro: “Es salir a jugar la Champions con equipos con 100 jugadores que ni siquiera están en condiciones”.
Problemas en las economías avanzadas
Hay demasiadas entidades que son demasiado débiles, alertó el directivo del FMI.
A nivel de todas las economías avanzadas, el problema se traduce en que el 60% de la banca está nien capitalizada y otro 40% experimenta dificultades. De este segundo grupo, según Viñals, el “25% no experimentará dificultades para salir adelante, aunque el 15% tiene una solución complicada”.
Descarte de una nueva crisis
El que fuera subgobernador del Banco de España manifestó que la “viabilidad del sistema está en riesgo”, sin que ello implique iniciar una nueva recesión. De hecho, descartó que la economía mundial esté “al borde de una nueva crisis”.
El mayor riesgo actual es perder un año de crecimiento por estancamiento, por lo que solicitó “políticas económicas más equilibradas y potentes” que no se apalanquen exclusivamente en las políticas monetarias expansivas. “Se necesitan más reformas estructurales, fiscales y financieras”.
Mensaje político
Evitarlas, llevaría a la “continuidad de la pérdida de confianza de los ciudadanos en los sistemas democráticos”, con sus respectivas “consecuencias económicas, sociales y políticas en un momento en el que aún no nos hemos recuperado de la peor crisis económica del último siglo”.
Por lo que la continuidad del sistema financiero no es lo único que está en juego. Para el directivo del FMI, el reto actual afecta directamente a la democracia.