Abrir el homesharing. Esta es la propuesta del regulador catalán de los mercados al Gobierno autonómico y a los ayuntamientos. La Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) propone que los vecinos puedan alquilar sus pisos unos días al año. Ello sería posible con un sistema de transferencia de derechos: otorgar a los residentes la potestad de recibir a huéspedes con limitaciones de días y zonas.
"En el alojamiento turístico de corta duración, se propone establecer una regulación que haga posible el ejercicio de la actividad y minimice las externalidades", argüye el organismo en un nuevo informe.
Triple enfoque
El modelo, continúa la agencia, requeriría de tres nuevas medidas. Por un lado, la Autoridad apuesta por construir perfiles de reputación de los anfitriones mediante el open data y la transparencia. Por el otro, implementar un sistema compensatorio en los mercados que aún están regulados.
La tercera medida debería ser, agrega la autoridad, "completar mercados no desarrollados por la iniciativa privada".
Los operadores se autoregulan
El ente aporta otra idea innovadora: las plataformas digitales que intermedian el homesharing "suponen una propuesta reguladora de éxito".
Siguiendo esta idea, Govern y ayuntamientos deberían tener en cuenta el propio autocontrol que ejercen sobre sí mismos y, por ende, sobre el mercado, operadores como Airbnb.
"Lejos de ser entornos desregulados, se dotan de una autorregulación que busca el equilibrio entre reducir las barreras a la entrada y garantizar la protección de los usuarios", concluye la ACCO.