El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, la ha liado al pilotar la fusión de federaciones en el sindicato. Llegó a la cúpula con la promesa de adelgazar la organización por arriba para reforzar las bases y cumplir a rajatabla la igualdad de género en todos los órganos directivos, pero ha fallado en la que se había implicado de forma más directa.
La nueva Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA), donde se incluye el todopoderoso sector del metal --que le aupó al liderazgo del sindicato--, consta de una comisión ejecutiva federal con 23 personas, una cifra que se queda muy lejos de ser una cúpula reducida y ágil en la toma de decisiones. Además, se han creado varias vicepresidencias para dar cabida a todos los miembros.
Pocas mujeres
En cuanto a la cuestión de género, de todos ellos solo hay tres mujeres. Una cifra que se queda muy lejos de la igualdad que se proclamó en el Congreso Confederal del pasado marzo.
Las críticas en el sindicato no se han hecho esperar. Incluso en FICA, ya que tan solo el 55,9% de los delegados presentes en el congreso de constitución dieron el visto bueno a la nueva cúpula. Fuentes internas aseguran que la concurrida ejecutiva refleja la incapacidad del nuevo secretario general de UGT para obligar a algunos a abandonar el sindicato en pro de conseguir una estructura ágil y funcional.
Éxito en otras dos
No ha ocurrido lo mismo en las otras dos grandes fusiones de federaciones de UGT, en las que Álvarez y sus colaboradores más cercanos se han involucrado menos.
La de Empleados y Empleadas de los Servicios Públicos (FeSP-UGT), la primera que se constituyó, consta de 12 personas en su ejecutiva sin ninguna vicepresidencia. El reparto de género es absolutamente equitativo: seis mujeres y seis hombres. Contó con el 87,47% de los votos.
El rival de Álvarez para dirigir el sindicato, Miguel Ángel Cilleros, se convirtió el viernes en el nuevo líder de la Federación Estatal de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC-UGT). La ejecutiva que encabeza solo está formada por 11 personas con casi paridad de sexos y sin tampoco ninguna vicepresidencia. Recibió el apoyo del 76,47% de los participantes del congreso de fundación.