Las políticas intervencionistas en Brasil se relajarán con la suspensión de Dilma Rousseff. Lo dice un informe emitido el domingo por Deutsche Bank según el cual la petrolera estatal, Petrobras (cuya gestión se encuentra en el epicentro del caso de corrupción que se ha llevado por delante a la mandataria), los bancos, siderúrgicas y firmas de activos comerciales del país se beneficiarán de la nueva situación política.

Atrás quedará el intervencionismo de la expresidenta, según Eduardo Vieira, el analista que firma el documento. Defiende que el nuevo jefe del Ejecutivo interino, Michel Temer, implementará medidas atractivas tanto para negocios como para inversores. Así pues, la nueva situación contribuiría a recuperar la confianza, estabilizar la moneda local y mejorar las condiciones para unos tipos de interés más bajos.

Petrobras, la más favorecida

La petrolera brasileña se posiciona como la más beneficiada por el cambio de gobierno. Según el informe, Petrobras fue la herramienta principal de Rousseff para llevar a cabo políticas que aumentaron la inflación y situaron al país en recesión. Otras compañías que saldrán ganando, según la entidad alemana, son Cia Siderúrgica Nacional SA, Gol Linhas Aéreas Inteligentes y BR Malls SA, un operador de centros comerciales.

Todo esto conllevaría una recuperación económica que revertiría las provisiones por insolvencia de los bancos brasileños, según Vieira. Otro efecto colateral será el freno al incremento de la morosidad.

Proceso de impeachment

El Senado de Brasil confirmó el jueves 12 de mayo que Dilma Rousseff sería apartada del poder tras más de cinco años en la presidencia. Se confirmaba de esta forma el proceso de impeachment, por lo que durante los seis meses que puede durar la investigación a la líder por manipulación del presupuesto del país, el que ha sido hasta ahora vicepresidente, Michel Temer, la sustituirá enfrente del Gobierno.