Volkswagen reconoció este jueves ante sus accionistas que las pérdidas de 2015 alcanzaron los 1.582 millones de euros, una cifra que contrasta con los beneficios de 10.847 millones obtenidos el año anterior y que se avanzó el pasado 22 de abril para intentar minimizar el impacto en el mercado del primer golpe del caso diéselgate. La falsificación de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) es la principal explicación del resultado contable de la multinacional.
La dirección, encabezada por Matthias Müller, decidió provisionar 16.200 millones para hacer frente a las más que posibles consecuencias de desarrollar un software con el único objetivo de limitar las emisiones cuándo detectaba que se medían en una revisión.
Revisiones y factura jurídica
La factura final calculada por la dirección del consorcio incluye tanto las revisiones a todos los vehículos como los posibles “riesgos derivados de la situación”, tal y como manifestaron en la presentación de los resultados en la sede central, en Wolfsburg (Alemania). Es decir, la factura jurídica.
A la provisión del diéselgate se le deben sumar otros 700 millones para hacer frente a otros conflictos que pueden impactar en las cuentas del grupo.
Más allá de la millonaria provisión, la falsificación de emisiones también afecta a la cartera de la alta dirección de Volkswagen. A los miembro del consejo de administración se les ha recortado la compensación variable con cargo al ejercicio 2015. El 39% si se tiene en cuenta la retribución de un miembro ordinario del organismo, los cargos con mayor responsabilidad también sufrirán los mayores recortes.
Beneficios operativos
Volkswagen estaba enfocado a cerrar un nuevo ejercicio con beneficios estratosféricos antes de que estallara el escándalo de la manipulación de emisiones. La facturación anual subió el 5,4% hasta los 213.292 millones a pesar de que las ventas habían retrocedido el 2%, hasta los 9,93 millones de vehículos en todo el mundo y de todas las marcas.
Si contar con los extraordinarios, el consorcio obtuvo un beneficio operativo de 12.800 millones.
2016, un año de transición
Müller indicó que 2016 será un año de transición para la multinacional alemana en el que se “acelerará la transformación”. Se prevé que juegue un “papel decisivo” en el diseño de movilidad del futuro.
Se prevén que las entregas mundiales se mantengan en línea a las de 2015, a pesar de las dificultades del mercado. Para mitigarlas, las marcas de Volkswagen han iniciado una ofensiva de producto para modernizar y expandir la oferta con nuevos modelos.