Una demanda laboral deja el futuro de Uber en el aire. Los conductores de la aplicación de California y Massachusetts, en Estados Unidos, plantearon un par de demandas federales para forzar a la compañía a contratarles como empleados, un cambio que amenaza su modelo de negocio basado en la reducción máxima de costes de plantilla.
El acuerdo que la dirección de Uber ha alcanzado con los representantes legales de los denunciantes implicará el desembolso de más de 100 millones de dólares (89 millones de euros al tipo de cambio actual) y deja la puerta abierta a poder usar conductores freelance.
Altos beneficios sin costes laborales
Con todo, marca un precedente. El dispendio actual es limitado si se compara con los beneficios de 2.000 millones de dólares (1.780 millones de euros) que acumulaba la compañía en diciembre. Es un precio pequeño para eludir pagar la cobertura sanitaria, impuestos laborales y otras ventajas retributivas, además de una indemnización por despido, que no tienen los trabajadores por cuenta propia.
Si Uber tuviera que convertir en plantilla fija a todos sus trabajadores la rentabilidad del grupo caería en picado. El grupo calcula que más de 450.000 conductores usan la aplicación cada mes en Estados Unidos, una cifra que eleva el servicio al máximo pero que no permite presentar una cifras contables como las que ha obtenido hasta la fecha.
Además, a esta estimación de trabajadores se le deben sumar los que se encargan de realizar el reparto de comida a domicilio. Éste es el servicio que Uber ofrece en ciudades en las que no puede operar como compañía de transporte por la oposición de los taxistas, como Barcelona, y se contempla como un negocio paralelo en Estados Unidos.
Debate laboral abierto
El debate está sobre la mesa: ¿se deben permitir los altos beneficios de ciertos grupos que destinan lo mínimo en gastos laborales? En Europa, con mayor tradición sindical, la resolución está más clara, ya que la precariedad laboral que implica esta política es algo que no está bien tolerado por la mayoría de la sociedad a pesar de que es una realidad. En EEUU la cuestión es más compleja.
Algunas start up han empezado a dar el paso y ordenar su capítulo laboral, pero aún hay trabajo pendiente. Uber, de nuevo, marcará tendencia.