Matías Carnero y Camil Ros ya ejercen de presidente y secretario general de UGT de Cataluña desde este viernes al mediodía. El 83,55% de los delegados del 15 Congreso del sindicato dieron su apoyo a la nueva cúpula de la organización, un órgano directivo con mayor presencia de currantes que deberán ejecutar la gran reestructuración interna.

Más de 800 personas entre delegados, invitados y medios acreditados estuvieron presentes en el acto de proclamación de la nueva directiva, avanzada por Crónica Global. Los aplausos más sonoros los recibieron --además de Carnero y Ros, que fueron recibido por el sindicato en pie-- el nuevo Secretario de Políticas Sectoriales, José Antonio Pasadas, ex responsable de acción sindical en la federación del metal, y el de Movilizaciones y Agitación, David Papiol. Miembro de la última ejecutiva de Pepe Álvarez, el nombre que ha recibido el área de nueva creación que capitaneará indica la importancia que el nuevo tándem directivo quiera dar a tener “más presencia en la calle”, en palabras del secretario general.

Más presencia en los centros de trabajo

Ros y Carnero deberán estar más “en la calle”. Por lo menos el primero, que deberá ganar presencia en los centros de trabajo y ceder de verdad la gestión de la estructura interna del sindicato a las dos vicesecretarias que se han organizado para coordinar el día a día. Jordi Camallonga y Laura Pelay, especialmente arropada por la sección sindical de Seat en el congreso, deberán llevar estas responsabilidades.

La Secretaria de Organización, Núria Solé, será también una figura clave en la nueva etapa, igual que la de Núria Gilgado, responsable de Política Sindical. Trabajadora del metro y uno de los pesos pesados de la federación de Transportes, es una de las caras nuevas de la cúpula sindical y ejercerá un papel clave en la renovación.

Apoyos desiguales

Más conocidos son Josep Sancristòfol y Enriqueta Durán, dos de los que también fueron recibidos con ovaciones por parte de los delegados, como mínimo de sus ámbitos de referencia, los representantes del Vallès Occidental y de la federación de Servicios Públicos. Tomarán las riendas, respectivamente, de las secretarias de la Región Metropolitana y Políticas Sociales. Mucho más discretos fueron los aplausos que recibió el responsable de la caja de la organización, Josep Maria Violant. De hecho, se llevó pitidos al ser el único del nuevo secretariado nacional de UGT de pararse a saludar al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

Eva Gajardo será la responsable de Igualdad y FP y Gregorio Mondéjar y Pepi García formarán parte de la cúpula sin gestionar ninguna área específica.

Falta de acuerdo en lo político

Ros animó a las bases en su discurso de clausura al reclamar una “ofensiva sindical y de recuperación de derechos”. Anteriormente había reclamado colaboración para poder ejecutar de la mano de Carnero y del resto de miembros de la cúpula la gran reestructuación del sindicato. Se realizará a partir de la fusión de federaciones, que pasarán de las seis actuales a tres, el marco perfecto para replantear cuál es el verdadero objetivo de un sindicato en Cataluña y cuánta gente se necesita en la estructura para llevarlo a cabo.

En cuanto al debate político, la nueva dirección lo da por terminado al asegurar que hay espacio para todas las sensibilidades en el seno de la organización. Sin ir más allá para evitar las rencillas y las divisiones, tanto en la estructura directiva como en los centros de trabajo, dónde el porcés cuenta con menos adeptos.

Discurso de Ros

A pesar de la distancia impuesta, Ros sacó su perfil más independentista a escena en el discurso de clausura. El secretario general rompió su carné de ERC y se acercó a los federalistas para dejar claro que era capaz de ejercer un papel transversal y distanciado con el nacionalismo, pero en un intento de tocar la cara a Puigdemont y al vicepresidente Económico de la Generalitat, Oriol Junqueras, este viernes en el Congreso, hizo un paralelismo sobre la independencia y la cocina: “La clave de un buen arroz caldoso no son los 18 minutos del arroz [en alusión a la hoja de ruta pactada entre Junts pel Sí y la CUP]” sino las “horas y horas de sofrito para que todo se cocine junto”, e ir añadiendo ingredientes poco a poco.

¿Habló el secretario general de la UGT catalana de alcanzar un estado propio? Su intención era exigir más presencia de los representantes de los trabajadores en la toma de decisiones institucionales en clave laboral, manifestaron fuentes del sindicato. Mantuvieron que no quería ir más allá con el paralelismo porque una de las máximas de la nueva etapa es que ellos no se piensan involucrar en el procés, ni a favor ni en contra. 

Invitados

“Estamos ante un momento histórico de UGT y por eso debemos estar todos”, declaró uno de lo invitados al congreso. Carnero, Ros y su directiva recibieron el reconocimiento público de Puigdemont, Junqueras, el consejero de Empresa, Jordi Baiget, y dos de las ex sindicalistas que se unieron a las filas de Junts pel Sí, la vicepresidenta del Área Social, Neus Munté (CDC), y la de Treball, Dolors Bassa (ERC).

También estuvo presente en el acto la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, el ex presidente Artur Mas; el líder del PSC, Miquel Iceta, y una de las diputadas socialistas con mayor proyección y miembro del sindicato, Eva Granados; así como el dirigente de Catalunya Sí Que es Pot, Lluís Rabell (llegó tarde al acto) y Juan Josep Nuet.

Sindicatos y patronales

Aplaudieron la nueva estructura el líder de CCOO en Cataluña, Joan Carles Gallego, y uno de los dirigentes con más peso en ese sindicato, el responsable de Industria, Javier Pacheco.

En clave patronal, aguantaron el chaparrón el presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellà, y el secretario de la organización, Joan Pujol; el líder de PIMEC, Josep González, y el presidente de la patronal de Terrassa, Antoni Abad. Participó en el acto porque el congreso se celebró en su ciudad, precisaron fuentes de la organización.

Álvarez, el invitado estrella

Aunque el invitado estrella fue de nuevo el secretario general saliente, Álvarez, que incluso participó en el acto de clausura para reclamar un “esfuerzo de generosidad” a PSOE, Ciudadanos y Podemos para conformar un nuevo Gobierno en España.

No abandona del todo el sindicato en Cataluña, su casa, pero ahora su prioridad es diseñar y ejecutar la reestructuración que también requiere la organización estatal. Y ya tiene ideas para ello.