El ajuste que el Banco Santander ha presentado a los sindicatos para reducir la plantilla en un 5% propone que, de los 1.200 empleados que deberán salir de la entidad bancaria, 600 de ellos lo hagan a través de prejubilaciones; y los otros 600 mediante bajas incentivadas.
La entidad presidida por Ana Botín ofrece a los sindicatos que el plan de ajuste de los trabajadores a través de prejubilaciones se dirija a aquellos empleados con más 58 años y con la opción de mantener el 70% del sueldo actual. Un plan de reducción de empleo similar al acordado tras la absorción del Banco Banesto y que, en ese momento, obtuvo la confianza de los trabajadores.
El Santander cuenta con una de las plantillas de edad media más elevada del sector en España y esta medida formaría parte del plan para reestructurar el negocio para avanzar hacia un modelo con menos oficinas, pero mejor dotadas en cuanto a personal y a tecnología.